Mirta Álvarez es una guitarrista , compositora y cantante oriunda de la ciudad bonaerense de Chascomús que con su arte recorre las principales capitales del mundo interpretando su repertorio de música argentina.
En medio de un tour por Japón que incluía varias presentaciones y clases magistrales, la encontró la pandemia del coronavirus, la consecuente cuarentena y la suspensión de vuelos.
Aún hoy, continúa confinada en Tokio, ciudad a la que llegó el 18 de febrero, y hospedada en la casa de una familia que, solidariamente, le abrió sus puertas. ” Mi gira terminaba el 29 de marzo con la última presentación en Ibaraki, ya que por mi agenda debía estar en abril brindando conciertos en Bariloche, Villa la Angostura y San Martín de Los Andes, y luego en Misiones”, explica Álvarez, quien también es docente y tiene a su cargo varias cátedras en la Escuela de Música Popular de Avellaneda.
En reciprocidad a la contención que le están ofreciendo los japoneses, retribuye el gesto desde su arte: “A modo de agradecimiento por tan generoso gesto, les estoy brindando clases semanales de guitarra y música argentina”.
Sin fecha confirmada de regreso, la artista vive el aislamiento como una verdadera aventura de supervivencia , mientras evalúa las opciones de los vuelos de repatriación que le permitirían regresar al país, aunque, hasta ahora, los altos costos de los tickets le impiden volver.
“Estoy muy agradecida a la familia que me aloja porque me evita pagar un alquiler elevado”, reconoce la artista que apeló a la posibilidad de la tecnología para poder continuar con sus clases de guitarra de manera on line , tarea no sencilla teniendo en cuenta la diferencia horaria entre ella y sus alumnos en Argentina: “Vivo gracias a eso y a los honorarios de los conciertos ya ofrecidos”.
Especializada en guitarra tango y guitarra folklore, y discípula de nombres como los de Kelo Palacios y Aníbal Arias, Mirta Álvarez decidió, ni bien se recibió de Profesora Superior de Guitarra en Chascomús, su ciudad natal, que lo suyo sería no solo la docencia sino la posibilidad de ofrecer su talento desde los escenarios del mundo como cantante e intérprete de ese instrumento que ya es una extensión de su propio cuerpo. Esos sueños no incluían la posibilidad de quedar confinada a casi 20.000 kilómetros de distancia de su residencia, luego de ofrecer sus conciertos en salas como el Munetsugu Hall en Nagoya o el Palacio de la Guitarra en Ibaraki.
La concertista iba a realizar una segunda gira internacional desde mayo a julio, tocando en escenarios de Italia, Suiza, España, y Francia. Si bien Europa está iniciando un proceso de apertura, aún los espectáculos públicos permanecen suspendidos, razón por la cual, la gira de la guitarrista no se concretará en las fechas pautadas, anhelando prontamente retornar a su país y reencontrarse con todos sus afectos.-