Una semana sin Pilar y Delfina: la angustia crece y la búsqueda se intensifica

Ya pasó una semana desde la desaparición de Pilar y Delfina, las hermanas de 8 y 12 años que fueron vistas por última vez en medio del feroz temporal que azotó la ciudad de Bahía Blanca. La incertidumbre se ha transformado en desvelo para sus padres, quienes siguen cada minuto del operativo con la esperanza de un milagro.

Este viernes marca el tercer día consecutivo de rastrillajes organizados con un despliegue sin precedentes.

Voluntarios de la Cruz Roja, bomberos, policías de diversas unidades, perros rastreadores y drones recorren cada metro de la zona. La ruta 3 se ha convertido en el centro neurálgico de las operaciones, donde se coordinan las tareas y se trazan nuevas estrategias para dar con las niñas.

Esta mañana, un helicóptero sobrevoló el área donde testigos aseguran haber visto la camioneta en la que viajaban Pilar y Delfina antes de que se les perdiera el rastro. Cada pista, cada indicio, es analizado minuciosamente con la esperanza de encontrar respuestas.

Los padres de las niñas, agotados pero firmes, permanecen en el lugar. Reciben asistencia psicológica, pero su único alivio sería ver aparecer a sus hijas. “No podemos irnos sin ellas”, repiten con la voz entrecortada, mientras observan el ir y venir de rescatistas que trabajan sin descanso. Se espera que en las próximas horas puedan subirse al helicóptero para recorrer desde el aire el terreno donde las autoridades concentran los esfuerzos.

El tiempo apremia y la angustia crece, pero la determinación sigue intacta: hasta que aparezcan Pilar y Delfina, nadie se detendrá.

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