Los directivos y el equipo de Ayuda a Caballos Maltratados (ACMA) se encuentran en una situación desesperada. Después de 14 años de dedicación a los animales y la sociedad, la ONG enfrenta la amenaza de un posible cierre.
La organización, que depende del esfuerzo de voluntarios y la colaboración de padrinos, brinda asilo y cuidados a más de 200 caballos en las localidades de Alejandro Korn y Baradero.
Reconocida por el Senado de la Nación y declarada de interés municipal en San Vicente, ACMA, bajo la dirección del médico veterinario Ariel Corse, ha destacado por rescatar caballos maltratados, proporcionándoles una segunda oportunidad, especialmente a aquellos ancianos, heridos y sentenciados a muerte.
Sin embargo, el futuro de ACMA pende de un hilo debido a la imposibilidad de renovar el contrato del campo de 80 hectáreas en Baradero, donde se encuentra su santuario. El terreno fue vendido y se destinará a otro propósito, dejando a la organización en una situación crítica.
Actualmente, ACMA dispone de dos predios. El primero, ubicado en Alejandro Korn, cuenta con 20 hectáreas útiles y alberga a 80 animales, incluyendo un hospital y boxes de internación. El segundo, en Baradero, es esencial para el proceso de recuperación y reubicación de los caballos rescatados. La dificultad radica en encontrar un nuevo campo de alquiler, ya que la escasez de opciones adecuadas y los altos costos complican su búsqueda.
Ahora, la ONG se enfrenta a la urgente necesidad de encontrar un nuevo campo de al menos 80 hectáreas en las zonas de Baradero, Lobos, Chascomús, Lezama, Castelli, General Belgrano, Magdalena, Verónica o áreas cercanas.
El tiempo apremia, ya que en 15 días deben desocupar el predio actual. ACMA solicita la colaboración de la comunidad para encontrar un campo que brinde seguridad, con alambrado y agua. No necesitan instalaciones, solo un espacio donde puedan albergar a los 120 caballos que rescatan y cuidan.
Si alguien cuenta con un campo que cumpla con estos requisitos, se insta a comunicarse con la página de ACMA de Alejandro Korn para ofrecer su ayuda y evitar el cierre de esta valiosa organización que ha trabajado incansablemente por el bienestar de los caballos maltratados.