Una invasión de loros atemoriza a los vecinos de una localidad bonaerense y exigen soluciones

Francisco Díaz

Hilario Ascasubi, una localidad de poco más de 6,000 habitantes en el partido de Villarino, enfrenta una problemática que se ha agravado en los últimos meses: la invasión del loro barranquero.

Esta situación, que se ha venido gestando durante varios años, ha alcanzado un punto crítico recientemente.

Al atardecer, miles de loros barranqueros llegan al pueblo en bandadas. Su presencia no solo es visible, sino también audible.

El bullicio de las aves contrasta fuertemente con la tranquilidad habitual de la localidad, creando una escena que parece sacada de una película de ficción. Inicialmente, los loros buscan lugares altos para posarse, eligiendo el tendido eléctrico, y a medida que la noche avanza, se desplazan hacia los árboles.

Los vecinos de Hilario Ascasubi han probado diversas estrategias para ahuyentar a las aves, desde golpear columnas de alumbrado público y hacer ruido con botellas de plástico hasta utilizar mantas y luces láser. Sin embargo, ninguna de estas tácticas ha demostrado ser eficaz a largo plazo.

INFOZONA ya reportó en 2018 que la población sufría constantes cortes de energía eléctrica debido a que los loros dañaban los cables del servicio.

La situación ha llevado a algunos vecinos a organizar una marcha inédita para reclamar soluciones a las autoridades. Mientras tanto, otros proponen ver el lado positivo de la situación y sugieren convertir al loro barranquero en un atractivo turístico, lo que podría representar un beneficio económico para la comunidad.

Además del ruido, la presencia de los loros afecta gravemente la infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones. Al posarse sobre los cables, provocan frecuentes cortes de energía e interrupciones de internet, especialmente en horas pico. Esto genera un alto costo para las cooperativas locales, que también se suman al reclamo por una solución.

Desde el municipio de Villarino se han probado diferentes métodos, como el uso de láseres, pero estos no han tenido el efecto deseado, ya que los loros se acostumbran con el tiempo y no lo perciben como una amenaza.

Ante la falta de una solución efectiva, las autoridades municipales solicitan la intervención de la Provincia de Buenos Aires, asegurando que la situación es insostenible.

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