El veterano de la Guerra de Malvinas, oriundo de Mar del Plata, Julio Aro, fue confirmado como candidato a Premio Nobel de la Paz junto al excombatiente británico Geoffrey Cardozo por impulsar el proceso de identificación de los soldados argentinos enterrados en el cementerio de Darwin.
La noticia fue confirmada esta mañana cuando el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Mar del Plata, espacio que solicitó la candidatura, recibió la notificación del Comité Noruego del Nobel con la novedad.
El marplatense aseguró sentirse “muy emocionado” por la posibilidad de obtener el reconocimiento internacional en 2021, aunque aseguró: “Ya tenemos un premio noble que nos da paz: el abrazo y agradecimiento de las madres y las familias”.
“La verdad es que estoy como en las nubes, no entendemos qué pasa. Muy contentos. Ya hablé con Geoffrey, que también está enterado. Las mamás también. Tengo el celular repleto de mensajes que me rompen el corazón. Me tratan como a un hijo y eso me emociona muchísimo”, señaló el veterano, conmovido.
Según indicó Aro, hace algunas semanas desde la Universidad le habían solicitado que envíe los documentos que respalden los últimos reconocimientos recibidos, entre los que se encontraban la designación de embajador de la paz por parte de la organización nacional Mil Milenios de Paz, así como la Orden a los Servicios Distinguidos al Mérito Civil en el grado de Caballero que le otorgó el expresidente Mauricio Macri, entre otras. Por su parte, el excombatiente británico hizo lo mismo.
“Hoy, ni bien me despierto, recibí la noticia de la que la Universidad recibió la notificación de que habíamos sido aprobados como candidatos a través del Comité de Noruega”, señaló.
En 2008, Julio Aro regresó a Malvinas para cerrar su historia personal, en un sitio que marcó su juventud y adultez para siempre. En ese viaje, movilizador en muchos sentidos, es en el que encontrará sin proponérselo otro motivo que marcará su destino nuevamente.
Al visitar el cementerio de Darwin, donde yacen los cuerpos de los argentinos caídos en la contienda contra los británicos, se sorprendió al ver que prácticamente la mitad de las tumbas (121 en total) decían “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
Pensando en las familias que no podían cerrar sus duelos, se propuso devolverle la identidad a sus compañeros. Viajó a Londres en octubre de 2008, mantuvo reuniones con veteranos de guerra británicos, en un intento por obtener alguna información que le permita conocer quiénes eran los soldados enterrados en el sur.
En esas reuniones conoció a Geoffrey Cardozo, el oficial que se encargó de recoger a los muertos de guerra argentinos y enterrarlos adecuadamente en las islas en un cementerio que creó en Darwin.
Cardozo le entregó a Julio Aro información fundamental para concretar la identificación de los caídos argentinos. Con estos datos, Aro creó la Fundación No me olvides (2009), para darle un marco formal a esta iniciativa.
Tras años de trabajo y de superar varias vicisitudes, en 2017 se pudo devolver la identidad a 88 héroes argentinos gracias al impulso de su trabajo, que involucró a los gobiernos de la Argentina, el Reino Unido de la Gran Bretaña, la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja, entre otros organismos y personalidades, como el propio Papa Francisco.
Además de este proyecto, con la Fundación No me olvides Julio Aro ha llevado adelante otras tareas solidarias y humanitarias como la contención de los familiares de caídos en Malvinas, ayuda a colegios carenciados de su país y homenajes en permanente recuerdo a los argentinos caídos en la guerra de 1982.
Como profesor de educación física ha trabajado con niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social, a través del Ente Municipal de Deportes de Mar del Plata. Ha recibido reconocimientos locales y nacionales a su tarea solidaria y a favor de la no violencia.