Una familia de productores agropecuarios del distrito bonaerense de Balcarce sorprendió a sus vecinos fabricando sistema para lavar la ropa adentro de la rueda de un tractor mientras la máquina trabaja en el campo.
Como no tenían tiempo de trabajar y lavar, unieron las dos necesidades y crearon un dispositivo que cumple con las dos demandas.
Se trata de Carlos Sullivan, un productor agropecuario de Balcarce que modificó un tractor para que hijo Matías pueda lavar la ropa mientras trabaja en el campo.
Los Sullivan son una familia de productores agropecuarios de la zona de Balcarce, que se destacan por estar a la vanguardia con la maquinaria que ellos mismos inventan.
El novedoso lavarropas consiste en un tanque que tiene en el interior una paleta y en el centro una pequeña puerta. Eso se introduce en la llanta del tractor. Allí hay que meter la ropa con un “poquito” de agua, jabón en polvo y encender el vehículo.
“La rueda del tractor gira y hace la función de un lavarropas. Lo tengo medido, siembro dos hectáreas y media, y paro para enjuagar y colgar la ropa en el alambrado. Si paso de ese tiempo, la ropa se me gasta porque tiene mucha potencia”, explica Matías.
“Falta el secarropas, que mi papá ya lo tiene todo estudiado en la cabeza, pero nunca lo hizo”, agregó el joven. Cómo se mencionó anteriormente, este es solo uno de los inventos de Carlos. Antes del lavarropas había fabricado una embutidora con caños de noria y una extractora de grano, también fumigadoras, entre otros equipos.
“Acá siempre usamos lo que tenemos dando vueltas, no somos de ir a comprar cosas nuevas, todo se hace con fierros viejos”, cuenta Carlos.
En 2019 su hijo sufrió un accidente con una cosechadora y perdió cuatro dedos. Le tuvieron que hacer un trasplante de piel completa y perdió la capacidad de hacer la supinación y pronación del brazo.
Con un bolillero de una bomba de agua, una planchuela, el disco viejo de una máquina, Carlos le fabricó a su hijo un aparato para que pueda hacer la rehabilitación de su mano.
“Fue terrible verlo a Matías así, mi familia es todo para mí y él es mi mano derecha, así que me centré en darle a él todo lo que necesitaba”, contó.
“Yo le explicaba a mi viejo los movimientos que tenía que hacer mi brazo y él me hizo un aparato que me salvó la mano”, recordó por su parte Matías.
“Cuando voy a la ciudad, veo en los contenedores de basura lo que otros tiran y me dan ganas de meterme y llevarme todo porque yo miro las cosas y me imagino todo lo que se puede hacer con eso”, indicó.
Carlos también tiene un costado impensado: es pastelero amateur. Cuando no está inventado cosas, el hombre se encarga de decorar las tortas que su esposa vende para casamientos y fiestas de 15 años. “Igual, si no tiene fierros no entra en la categoría de mis tortas”, aclara.