Matías Bergalli, un vecino de Ramos Mejía, demandó a China por 200 mil dólares tras contagiarse de coronavirus y perder su trabajo. Considera que “la pandemia era evitable”.
Bergalli se contagió a mediados de marzo de este año, supuestamente por medio de su sobrino, ya que su maestra era asintomática y “daba clases como si nada”. Tuvo fuertes dolores corporales, fiebre rozando los 40° y cuando pidió una ambulancia al municipio de La Matanza “nunca llegó”.
Manejó hasta la Unidad Sanitaria de Lomas del Mirador, donde quedó internado durante 16 días, y cuando salió de la internación tuvo secuelas “físicas y emocionales”, que se sumaron a las cuatro intervenciones quirúrgicas entre julio de 2020 y enero de 2021 y al cambio de firma del hotel donde trabajaba, del cual lo echaron y no lo indemnizaron.
Sin trabajo, decidió probar suerte en la plataforma Uber. En uno de los viajes que realizó conoció a Patricio Poplavsky, CEO de un bufete de abogados especializados en derecho internacional, que representa a más de 3 mil personas que padecieron covid-19.
Entre viaje y viaje, entablaron una amistad que derivó en la posibilidad de demandar al país donde se originó la pandemia. El hombre que trabajaba como mozo demandó a China por 200 mil dólares porque “era el único sustento de su familia, la pérdida de su trabajo, las secuelas ocasionadas por transcurrir la enfermedad y el riesgo que conllevó estar contagiado con cuatro hijos (de 3,4,9 y 18 años), de los cuales dos eran pacientes de riesgo porque tienen problemas cardíacos”.
