Un comerciante entrerriano vivió una situación tan sorprendente como improbable: transfirió una cifra millonaria por error a un desconocido. Lo que podría haber sido una pesadilla financiera terminó convirtiéndose en una anécdota cargada de honestidad, sentido común y un toque de humor bien argentino.
Una transferencia equivocada que encendió las alarmas
El protagonista de esta historia es un comerciante de Paraná, dedicado a la compraventa de automotores, que realizaba una operación comercial de rutina. Como tantas otras veces, desde su cuenta bancaria preparó una transferencia de $12,5 millones, correspondiente al pago de un vehículo.
Sin embargo, un error en la carga del número de cuenta provocó que el dinero fuera depositado a otra persona, completamente ajena a la operación. Cuando el comerciante notó que la transferencia no llegaba a su destinatario habitual, revisó los datos y comprendió el grave error: había enviado millones de pesos a un desconocido.
El rastreo del destinatario inesperado
Sin perder tiempo, comenzó a investigar a quién le había enviado la plata. Gracias al número de cuenta, pudo rastrear al titular: Mauro Melgar, un ciudadano común que jamás imaginó recibir tal suma de dinero. El comerciante lo contactó a través de redes sociales, con un mensaje directo, explicando el error y rogando la devolución del monto.
Lejos de encontrar una actitud evasiva o conflictiva, la respuesta fue inmediata y sorpresivamente positiva. Melgar le confirmó que había recibido la transferencia y que no tenía intenciones de quedarse con lo que no era suyo.
Una devolución ejemplar y una recompensa insólita
Al día siguiente, Mauro Melgar acudió al banco para realizar la devolución completa del dinero. Pero antes de cerrar el capítulo, hizo un pedido especial, más simpático que serio:
“Le pedí un asado y una Coca, ya con eso somos felices, como todo argentino”, expresó con humor.
Este gesto, que se viralizó rápidamente, generó simpatía entre los usuarios en redes sociales, que celebraron la actitud del hombre, destacando su integridad y buena onda.
Un gesto que sorprende en tiempos difíciles
En tiempos en los que los casos de estafa y engaños digitales son moneda corriente, esta historia cobró relevancia justamente por su desenlace positivo. Melgar aseguró que en ningún momento consideró aprovecharse de la situación:
“Era un error evidente, yo no había hecho nada para recibir ese dinero. Lo correcto era devolverlo”, explicó.
Una lección sobre confianza, errores y valores
El comerciante no sólo recuperó su dinero, sino que también destacó públicamente la actitud de Melgar, a quien incluso propuso conocer en persona para agradecerle.
La historia es un recordatorio valioso sobre la necesidad de verificar con atención cada dato antes de realizar transferencias bancarias, especialmente cuando están en juego sumas importantes. Pero también deja una enseñanza más profunda: aún en contextos adversos, los gestos nobles y la honestidad siguen existiendo.
Porque a veces, un error millonario puede terminar revelando lo mejor de las personas.