El fiscal Marcelo Lapargo confirmó lo que desde el jueves por la noche ya era un previsible triste final: el cuerpo de la mujer encontrada bajo escombros era el de la joven Araceli Fulles. Todo indicaba que este iba a ser el desenlace. El cadáver fue hallado en la casa de un hombre que había tenido relaciones con ella y desapareció, casualmente, al momento del allanamiento que culmina con el descubrimiento del cuerpo de Araceli.
El prófugo es Darío Gastón Baradacco y habría sido el último que vio a la joven por última vez. Hay más datos que lo convierten en sospechoso. Se encontró ADN de Araceli en el camión que usa para los repartos del corralón en el que trabaja. Su ocupación también se puede vincular con el lugar donde fue encontrado el cadáver de Araceli. Durante el allanamiento en el domicilio de José León Suárez, uno de los perros entrenados se inquietó visiblemente al entrar a una precaria construcción en la parte trasera. Allí, bajo cal, escombros y una de capa cemento de colocación reciente había partes del cuerpo de la joven.
Fuentes de la investigación señalaron que los informes forenses preliminares indican que la muerte de la joven se habría producido alrededor de 25 días atrás, presunción que indicaría que la chica fue asesinada pocas horas después de haber sido vista por última vez.
Además de la fuerte sospecha sobre Badaracco, el caso tiene otros cuatro detenidos de su entorno por ser presuntos cómplices. La DDI de San Martín también aprehendió a otros dos compañeros de trabajo de Badaracco, acusados de encubrimiento.
A partir de la confirmación de este nuevo femicidio, ahora será el tiempo de investigar los detalles del modus operandi del ataque. Por ejemplo, si el lugar del hallazgo del cadáver fue la escena del crimen, y si el asesino de Araceli mató solo, o fue asistido.