Mauricio Cifuentes tiene nueve años y en los últimos días se convirtió en una celebridad de su querida ciudad neuquina de Centenario por donar todos sus ahorros a los Bomberos Voluntarios. La idea surgió tras escuchar un pedido en la radio, en el que la institución realizaba una colecta para comprar nafta a los vehículos con los que detienen la quema de pastizales en la ciudad.
“Mamá voy a agarrar la plata de la alcancía y se la voy a llevar a los bomberos”, fueron sus palabras tras escuchar la información en un programa radial local. La sorpresa no solo se la llevaron los oficiales al verlo llegar a la guardia, sino también sus padres, Natalia y Fernando: “Nos sorprendió mucho porque él viene ahorrando desde hace meses con el objetivo de comprarse una bicicleta para fin de año”, aseguraron a LMN.
Sin embargo, la respuesta del niño ante ese interrogante planteado por los adultos fue contundente y la razón del orgullo de toda la ciudad: “El trabajo de los Bomberos que salvan vidas es más importante que comprarme la bicicleta. Eso puede esperar”, le habría dicho Mauricio a sus padres.
Lo más destacable de la situación no solo es su generosidad, sino también cómo obtuvo el dinero que donó. La situación en su casa es complicada ya que tanto su madre como su padre quedaron desempleados por culpa de la pandemia y se las rebuscan para vivir. Sin embargo, ese esfuerzo fue un incentivo para Mauricio, que desde hace tiempo junta latitas que después vende para poder obtener los ahorros.
Si bien desde el entorno familiar aseguraron que desde pequeño le enseñaron el respeto por la policía, médicos y bomberos, se separan de la iniciativa del niño. “Nosotros no tuvimos nada que ver con su intención. Surgió de él. De hecho insistió durante varios días para que lo llevemos a la guardia de los bomberos”, admitió su madre.
“Yo pensé que se iba a olvidar, pero una de las tardes que estábamos yendo a vender las latitas agarró su plata y me pidió que lo lleve”, contó Natalia con orgullo. Una vez en el lugar se presentó y les comentó su intención, que fue gratamente recibida por los y las bomberas del lugar.
“Les sorprendió y se lo tomaron súper bien”, narró Fernando. De hecho, la iniciativa de Mauricio tuvo repercusión nacional entre los bomberos y desde que donó sus ahorros no para de recibir mensajes de gratitud y aliento de oficiales de todo el país. “Se le caen las lágrimas de la emoción cuando le mandan saludos”, contó su madre.
Hoy Mauricio no tiene bicicleta y pasará tiempo de aquí a que pueda volver a juntar sus ahorros para comprarla. Pero nada le saca la felicidad de hacer lo que sintió en el momento. Sus prioridades, a sus cortos nueve años son claras y por eso desde el cuerpo de Bomberos de Centenario destacaron su potencial como voluntario y le aseguraron que cuando crezca tiene un lugar asegurado en el servicio.
Hoy disfruta jugando a la pelota con sus amigos y es consciente de que sus ahorros se transformaron en litros de nafta necesarios para frenar la deforestación en la zona producida por los incendios intencionales.
Por otra parte, los Bomberos que durante el último mes aseguraron dormir solo cuatro horas diarias para detener la quema de pastizales, recibieron un envión anímico de saberse un ejemplo para las futuras generaciones.
Mauricio nunca imaginó que vendría un reconocimiento tras su acción, ya que nunca tuvo interés en los aplausos. Pero ahora, con los saludos, los agradecimientos y el apoyo de sus posibles futuros colegas, está feliz de la emoción.
Fuente y foto: www.lmneuquen.com