El sistema de pago del transporte público en Argentina está a punto de experimentar una transformación significativa. Tras meses de análisis, el Gobierno ha decidido poner fin a la exclusividad de la tarjeta SUBE, permitiendo que otros medios de pago electrónicos sin contacto puedan ser utilizados para abonar los boletos de colectivos, trenes y subtes en todo el país. Esta medida, oficializada a través del decreto 698/2024, no solo busca modernizar el sistema de pagos, sino también fomentar la competencia y la innovación en este ámbito.
Detalles de la medida: interoperabilidad y nuevas tecnologías
El decreto 698/2024 establece que el sistema de percepción de tarifas se amplía para incluir otros medios de pago electrónicos sin contacto, permitiendo así la interoperabilidad entre diferentes dispositivos y plataformas. Esto implica que los usuarios podrán pagar el transporte público con tarjetas de débito, crédito, billeteras virtuales y eventualmente con códigos QR. El objetivo es asegurar una comunicación inalámbrica, segura y ágil entre los dispositivos de pago y los terminales de cobro.
Puntos clave de la medida:
- Interoperabilidad: Capacidad para aceptar cualquier medio de pago electrónico sin contacto.
- Nuevas tecnologías: Fomento del uso de tarjetas contactless y otros dispositivos móviles.
Evolución del sistema sube: de la exclusividad a la apertura
Desde su implementación en 2009, la tarjeta SUBE ha sido el único método electrónico para pagar el transporte público en Argentina. Este sistema, que surgió como respuesta a la “crisis de las monedas”, ha facilitado la movilidad de millones de argentinos, pero también ha generado ciertas limitaciones y quejas debido a la falta de actualización tecnológica y la dependencia de un único proveedor.
La modificación del “convenio marco” de 2009, firmado por Cristina Fernández de Kirchner, Julio De Vido y Sergio Massa, elimina el carácter exclusivo de la SUBE como medio de pago. Ahora, el Banco de la Nación Argentina será responsable del procesamiento de todas las transacciones y del mantenimiento de los equipos, aunque podrá delegar estas funciones a sus sociedades vinculadas si lo considera necesario.
Implementación gradual: ¿cuándo y dónde?
Aunque la apertura del sistema de pagos ya tiene un marco legal, la implementación será gradual. El Gobierno ha anunciado que en las próximas semanas se comunicarán las fechas y condiciones para la apertura del sistema, con una primera fase que comenzará en algunas localidades del interior del país a partir de septiembre.
Cronograma estimado:
- Septiembre 2024: Inicio en algunas localidades del interior del país.
- Finales de 2024: Expansión a más localidades y modos de transporte, incluyendo el tren Urquiza y los subtes de Buenos Aires.
- 2025 en adelante: Incorporación de colectivos a nivel federal y otros medios de pago.
La tarjeta sube seguirá vigente
A pesar de la apertura a nuevos medios de pago, la tarjeta SUBE continuará funcionando como siempre, siendo una opción más para los usuarios. Además, seguirá desempeñando un papel crucial en la fiscalización de los servicios de transporte y la gestión de subsidios, especialmente para aquellos beneficiarios de la tarifa social y el boleto estudiantil.
Desafíos y oportunidades: hacia un sistema de pago moderno y seguro
La inclusión de nuevos medios de pago representa una oportunidad para modernizar el sistema de transporte público y adaptarlo a las tendencias globales. Sin embargo, también plantea desafíos, como la necesidad de garantizar altos niveles de seguridad en las transacciones y proteger los datos de los usuarios. El Gobierno ha enfatizado que cualquier nuevo medio de pago deberá cumplir con los mismos estándares de seguridad que el sistema actual.
Principales desafíos:
- Seguridad: Implementación de mecanismos de autenticación y encriptación.
- Compatibilidad: Asegurar la interoperabilidad con el sistema SUBE.
El futuro del transporte público: un sistema abierto y competitivo
El fin del monopolio de la SUBE abre la puerta a un sistema de pagos más abierto y competitivo, donde múltiples proveedores podrán ofrecer sus servicios. Esto no solo beneficiará a los usuarios, al ofrecerles más opciones y mejorar la experiencia de uso, sino también a las empresas tecnológicas y financieras que participen en el proceso. Según estimaciones del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en enero de 2024 el sistema SUBE gestionó 340 millones de viajes, con una recaudación de $22.000 millones. Con la reducción de los subsidios, se espera que este volumen crezca exponencialmente, abriendo nuevas oportunidades de negocio para los proveedores de servicios de pago.
La modernización del sistema de pago del transporte público en Argentina es un paso significativo hacia la innovación y la mejora de la experiencia de los usuarios, asegurando al mismo tiempo la competencia y la eficiencia en un sector clave para la movilidad de millones de personas.