Un espectacular despliegue policial se replicó ayer en Tandil durante toda la jornada, buscando pistas que lleven a dar con el paradero de Jorge Bustamante, el joven del que no se conoce señales de vida al menos desde la 1 del miércoles, a partir de la última comunicación vía whatsapp. El otro elemento concreto versa sobre la imagen de su auto. La cámara de monitoreo registró que a las 3.46 el auto del buscado circulaba por calle Suárez García hacia Azucena y Falkner, donde sería reconocido horas más tarde, parcialmente incendiado en su interior.
En dicho documento fílmico, claramente se observa una moto delante del coche la cual era conducida por una persona. A los cuatro minutos, aproximadamente (según la imagen) la misma moto vuelve sobre sus pasos, ahora con dos ocupantes. El auto ya no.
En dicha prueba se funda principalmente el rumbo de la pesquisa que, como se adelantó, a todas luces sigue el caso como un homicidio. Dar con dichos individuos que iban arriba de la moto, especulándose con que fueron los que “plantaron” el auto allí y provocaron el incendio del coche. Otra conjetura versa con que una vez que se dejó abandonado el auto aparecieron “las pirañas” y tras buscar sustraer partes del vehículo terminaron incendiando el habitáculo. De allí se desprende los allanamientos de la noche del jueves madrugada de ayer, en las viviendas de La Movediza.
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Cabe consignar que durante la mañana de ayer, en la zona donde encontraron el auto en el barrio La Movediza, volvieron a realizar un amplio rastrillaje. Efectivos de la Policía bonaerense, uniformados de la Local, de la DDI, Caballería, regresaron y reiteraron la requisa en los terrenos aledaños a los que habían inspeccionado durante el jueves.
En el lugar primero actuó el personal de la División Canes y Rastreos que recorrieron el terreno a “peinar” para dar luego paso a la orden policial de avanzar y recorrer cada centímetro de la zona. Arbustos, pastizales altos, basura tirada, la escenografía por la que decenas de efectivos se dieron paso durante varios minutos.
La familia de Bustamante, la madre, el padre y los hermanos, siguieron atentos el procedimiento. Su estado de ánimo se evidenciaba en sus rostros, preocupados y cansados por las horas de angustia que están atravesando desde la madrugada del miércoles.
Ya por la tarde, los procedimientos continuaron, sin lograr avances significativos en lo que hace al paradero del joven. Otra vez los buzos tácticos trabajaron en una de las cavas de la excantera de Cerro Leones, en tanto se sucedieron algunas diligencias y allanamientos tras recibir algunos datos del entorno del desaparecido, información que resultó infructuosa.
También un helicóptero enviado desde la Provincia sobrevoló distintas zonas, mientras los buzos tácticos trabajaron en la cava de Cerro Leones, tarea que repetirán hoy. Incluso los investigadores debieron realizar allanamientos en otra zona de la ciudad, en el edificio Tarraubella para más precisiones, a partir del dato que había recibido el entorno del joven desaparecido, cuando una vidente habló sobre el supuesto paradero.
El optimismo de la policía en darle una pronta resolución al caso se vio nuevamente postergado, a partir de los magros resultados a pesar del amplio despliegue. De todas formas, la pesquisa parece más abocada a otras circunstancias más allá del protocolo que debe seguir la fuerza policial para un caso hasta aquí caratulado “Averiguación de paradero”.