A través de una resolución firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el Gobierno reglamentó el uso de armas electrónicas no letales, las pistolas Taser, en las fuerzas de seguridad federales.
Se trata de armas de electrochoque, que disparan proyectiles con cables que administran corriente suficiente como para afectar los músculos, principalmente las extremidades, e inmovilizar temporalmente.
Entre los argumentos de la resolución, se hace hincapié en que el uso de las Taser les da a las fuerzas policiales “una opción táctica adicional”.
“Permitirá abordar situaciones operacionales en las que resulte necesaria la utilización de la fuerza sin el empleo de armas de fuego, siendo un medio intermedio para ejercer un uso racional y gradual de la fuerza ante situaciones de enfrentamientos con personas violentas o amenazantes”, explica el texto.