La mañana del 23 de enero de 1989 es recordada como una de las más trágicas de la historia argentina. A la madrugada, 42 miembros del Movimiento Todos por la Patria (MTP) tomaron por asalto el Tercer Regimiento de Infantería Mecanizada General Belgrano, de la localidad de La Tablada, provincia de Buenos Aires.
Según declaró después su líder, Enrique Gorriarán Merlo, el objetivo era “evitar el levantamiento militar carapintada contra Raúl Alfonsín” que, para ellos, sucedería ese día. Sin embargo, todo salió al revés de lo planeado y se registraron 27 horas de enfrentamientos, durante las cuales se movilizaron 3.600 efectivos de la Policía y del Ejército. Hubo 43 muertos -32 guerrilleros, 9 militares y dos policías-, 60 heridos y 21 militantes del MTP presos.
Los guerrilleros lanzaron panfletos en la puerta del cuartel en los que se reivindicaba al coronel Mohamend Seineldín y al teniente coronel Aldo Rico, líderes de los levantamientos carapintadas que habían puesto en jaque a la administración radical en tres oportunidades (abril de 1987, febrero y diciembre de 1988, apenas un mes antes de La Tablada).
Así, los atacantes planeaban generar confusión entre el personal militar al entonar consignas y vivas para los dos oficiales rebeldes, llegar al sector en el cual se encontraban estacionados los tanques y salir del cuartel a bordo de estos vehículos hacia la Capital Federal.
El denominado ‘Operativo Tapir‘ debía concluir a media mañana de ese lunes y el objetivo de Gorriarán Merlo -un exjefe del ERP- pasaba por alertar de la inminencia de un golpe de Estado carapintada.
Los guerrilleros creían que cuando la población tomara conocimiento de que estaba en marcha una intentona militar contra la democracia se produciría una insurrección popular que reclamaría cambios políticos de fondo.
Pero en su avance por el cuartel, los atacantes encontraron una férrea resistencia en el casino de suboficiales de la base, lo que generó una rápida intervención policial y el despliegue de más de 2.000 efectivos del Ejército, que cortaron cualquier posibilidad de repliegue.
En las primeras horas, reinó la confusión en torno a la autoría del intento de copamiento del cuartel, y sectores del oficialismo abonaban la hipótesis de que una acción carapintada se gestaba en La Tablada.
Pero, a las pocas horas, desde el gobierno se reconoció que se trataba de un operativo del MTP, en el que participaban antiguos militantes del ERP, la guerrilla que había operado en la Argentina durante los años ‘70.
El Ejército rodeó la unidad y tendió un cerco sobre los atacantes, contra los que libró un combate durante 36 horas, con fuego de morteros y proyectiles disparados desde tanques y con participación de la infantería mecanizada que no había sido empleada por el Ejército en la Guerra de Malvinas. Quedaron 32 militantes del MTP muertos, siete bajas militares y de policías.
En el año 2000, Gorriarán y el resto de los detenidos realizaron una huelga de hambre durante 46 días. El entonces presidente Fernando de la Rúa decretó una reducción de las penas de los detenidos, con excepción del líder de la toma.
Sin embargo en 2003, Eduardo Duhalde decretó una amnistía para todos los presos de La Tablada, incluido Gorriarán Merlo, quien falleció en septiembre de 2006. Tenía 64 años, vivía en San Nicolás y fue uno de los protagonistas más violentos de la década del ’70 y ’80.