El inigualable actor cómico falleció el 5 de marzo de 1988 tras caer desde el piso 11 de un edificio en Mar del Plata. Tenía apenas 54 años y marcó una época en la televisión argentina.
La crónica de la época narraba que “de forma trágica, murió el cómico argentino Alberto Olmedo. Cayó desde el balcón de un departamento del piso 11 del edificio Maral, en Mar del Plata, durante la madrugada del 5 de marzo. La reacción inmediata de la gente fue de una tremenda tristeza. Las primeras versiones apuntaban a que estaba bajo los efectos de las drogas al momento del accidente.
Su pareja, Nancy Herrera, se encontraba con él y dijo que estaban brindando porque le anunció que estaba embarazada”.
El sábado 5 de marzo de 1988 el país amaneció de luto al conocerse la muerte del capocómico Alberto Olmedo tras caer al vacío desde una torre de la ciudad balnearia de Mar del Plata.
-“¡Me caigo, mamita, me caigo! ¡Agarráme la pierna! ¡Agarrame la pierna!”.
– “¡Yo te agarro, papito, te agarro! ¡Pero no puedo, no puedo, no puedo!”.
Ese es uno de los diálogos más trágicos que se recuerdan de ese día y que Olmedo, de 54 años, mantuvo con Nancy Herrera, quien horas antes le había anunciado que iba a ser nuevamente padre, ya que estaba embarazada de un sexto hijo, primero de la pareja.
El diálogo que traspasó estos 33 años fue una de las pruebas con las que contó el juez que tuvo a cargo la causa, Pedro Hooft, quien tras llevar adelante la investigación determinó que la muerte del comediante se produjo por accidente.
Los vecinos de la torre Maral 39, ubicada en el boulevard marítimo Patricio Peralta Ramos, contaron ante la justicia que alrededor de las 8:30 de ese sábado se escucharon los gritos desgarradores de la pareja cuando Olmedo se desprendió de los brazos de Herrera.
Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, entre las versiones que circularon el suicidio fue una de las principales, pero rápidamente la justicia se encargó de descartar esa posibilidad.
Se especuló entre el suicidio, el homicidio y el accidente, pero los resultados de las investigaciones terminaron volcándose en forma definitiva por la ultima, y la causa se cerró. Según Herrera, murió sin saber que esperaba otro hijo. Albertito nació en octubre. Olmedo recibió a la muerte mirándola a la cara, con los ojos bien abiertos que perpetuaron su mirada.
Esa misma noche fue velado en la casa funeraria de uno de sus amigos de la infancia que le dio nombre a uno de sus entrañables personajes, Rogelio Roldán. En la madrugada del 6 de marzo, los restos del Negro fueron trasladados en ambulancia hasta Buenos Aires donde una multitud lo esperaba acongojada para despedirlo. Pero la fatalidad familiar no terminó con la partida del actor: el corazón de su madre, de 77 años, no aguantó el dolor por la pérdida y falleció en el camino por un ataque cardíaco.
Entre lágrimas, aplausos y al grito de “Chau, Negro” los fanáticos acompañaron el cortejo fúnebre al Cementerio de la Chacarita. Sus restos descansan en el Panteón de Actores.