La Cámara de Diputados aprobó un cambio revolucionario en el sistema electoral argentino: la implementación de la boleta única papel (BUP) para elegir cargos nacionales. Esta reforma modifica la forma en que los ciudadanos votarán a partir de las próximas elecciones. El proyecto fue sancionado por una mayoría significativa, abriendo un debate que incluye posiciones a favor y en contra, así como importantes cambios en las prácticas políticas.
La votación en el Congreso
Con 143 votos a favor, 87 en contra y 5 abstenciones, la Cámara de Diputados dio luz verde a esta modificación que entrará en vigor en las próximas elecciones. La votación mostró una división clara entre los diferentes bloques políticos. El oficialismo, junto a la UCR, Pro, la Coalición Cívica (CC) y otros bloques menores, respaldó la medida. Sin embargo, el kirchnerismo y gran parte de Unión por la Patria (UP) se opusieron, aunque hubo algunas excepciones como el jujeño Guillermo Snopek, quien rompió con su bloque para apoyar la reforma.
Por otro lado, los representantes de la Izquierda optaron por abstenerse, mostrando su postura crítica hacia esta iniciativa. Uno de los argumentos principales a favor de la reforma es que garantiza una mayor transparencia y reduce las posibilidades de fraude electoral, una de las principales preocupaciones de sus impulsores.
¿Qué implica la boleta única papel?
El punto más relevante de la reforma es la eliminación de la tradicional papeleta partidaria, reemplazada por una boleta única que contendrá a todos los candidatos. Esto garantiza que, en cada mesa electoral, los votantes podrán acceder a la oferta completa de postulantes sin depender de la distribución de boletas por parte de cada partido.
Entre los principales beneficios que los defensores de la BUP destacan se encuentran:
- Evitar el robo o falta de boletas en el cuarto oscuro.
- Eliminar el negocio de los partidos “sellos de goma”, que utilizaban las boletas para acceder a fondos estatales.
- Garantizar igualdad de condiciones para los partidos políticos.
El diseño elegido, similar al que se utiliza en la provincia de Mendoza, agrupa a los partidos en columnas verticales y a los cargos en filas horizontales. Un aspecto importante es que no se incluirá la opción de votar por “lista completa”, lo que elimina el “efecto arrastre” de los partidos más grandes y obliga al votante a seleccionar cada categoría de manera independiente.
La ausencia de la lista completa y sus implicaciones
Uno de los puntos más discutidos fue la eliminación del casillero de “lista completa”, que permitía elegir todas las categorías de un mismo partido. Esta opción fue resistida principalmente por los gobernadores de provincias que no compiten por la presidencia, ya que el “efecto arrastre” de las listas nacionales podría perjudicarlos.
Sin embargo, la decisión de eliminar esta casilla afecta directamente al peronismo, en especial en la provincia de Buenos Aires, donde el “arrastre” de las listas nacionales ha sido históricamente un elemento clave para su éxito electoral. Victoria Tolosa Paz, diputada por UP, advirtió sobre los problemas que podrían surgir con la convivencia de diferentes sistemas de votación en el país, ya que algunas provincias mantendrán el sistema de boletas partidarias.
El impacto de la boleta única papel en las futuras elecciones
Con la implementación de la boleta única papel, se espera que el sistema electoral argentino tenga mayor transparencia y se reduzca la incidencia de prácticas como el clientelismo y la manipulación de boletas. Además, la reforma tiene un fuerte componente simbólico al atacar las estructuras partidarias tradicionales y fomentar una mayor independencia de los electores a la hora de votar.
Los defensores del proyecto argumentan que este cambio es un paso adelante hacia una democracia más equitativa, mientras que sus críticos temen que la falta de la opción de lista completa pueda generar un aumento en el voto en blanco para las categorías inferiores, como ha sucedido en experiencias similares en otras provincias. Mendoza, por ejemplo, registró que el 85% de los electores optaron por la lista completa cuando estaba disponible, lo que podría cambiar drásticamente con la nueva boleta.
Por ahora, la atención está puesta en cómo afectará esta reforma al desarrollo de las próximas elecciones y si realmente logrará los beneficios prometidos en términos de transparencia y equidad.
