Ante las decisiones de frenar las clases presenciales en la Ciudad, un grupo de padres decidieron darle continuidad a la clase de sus hijos frente al colegio de San Isidro.
“Las ayudé, más que nada, a cumplir con la consigna que les había dejado su maestra, que era leer un cuento que tenía errores de ortografía y puntuación y corregirlo”, cuenta Sofía.
Esta idea surgió ayer, en el mismo día que entraba en vigencia el decreto de necesidad y urgencia que prohíbe las clases presenciales en las escuelas del área metropolitana. También imitaron esta idea en las plazas de otras zonas.
Por su parte, los padres argumentan que la restricción de la educación presencial impuesta por el Gobierno no es lógica, ya qu en las esculas casi no se producen contagios. Y agregan que dar clases en las plazas no es un delito, ya que los niños tienen permitido circular por espacios públicos.
“La idea surgió la semana pasada, cuando muchos padres empezamos a pensar en un grupo de Whatsapp qué podíamos hacer para evitar que los chicos perdieran clases y, a la vez, manifestar que estamos en contra de las medidas del Gobierno nacional”, comenta Sofía.
Ninguno de los padres que se acercan cada día a dar clase, es docente. “Somos solo papás con pilas. Los contenidos de primaria los sabemos. Lo que hacemos es más que nada simbólico, porque hacemos las clases mirando al colegio, como una manera de reclamarle a la Nación que nuestros hijos deberían estar ahí adentro y no en la vereda de enfrente”, indica.
A su vez explica que las clases empiezan a las 9, duran un máximo de dos horas y solo cubren una materia. Los estudiantes cursan el resto de las asignaturas en sus casas, de manera virtual, con sus respectivos docentes. Cada día, son una o dos las camadas que cursan de esta manera.
Y agrega: “La movida, el ruido que hacemos, es para que el Gobierno sepa que no puede alargar el cierre de colegios. Si nos quedamos callados conectando a los chicos a la virtualidad, corremos el riesgo de que piensen que todo está bien”.
Según aclararon los padres, los directivos y los docentes de los establecimientos educativos de sus hijos no están involucrados en esta iniciativa. Muchos de estos mismos padres son parte de la agrupación Padres Organizados, que surgió a mediados del año pasado en distintas jurisdicciones del país para reclamar el regreso a la presencialidad.
Por su parte, los padres que coordinan las clases en plazas esperan que cada vez más comunidades educativas se sumen a esta iniciativa, para así lograr llamar la atención y poner presión sobre el Gobierno.