La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) se presentó como particular damnificada institucional en la causa que investiga la muerte del detenido Alejandro Martínez (35) en la seccional 3° de San Clemente del Tuyú, Partido de La Costa, por la cual hay nueve policías bonaerenses detenidos.
Por estas horas los efectivos declaran ante el fiscal Pablo Gamaleri, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 11 descentralizada de La Costa bajo el cargo de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro de la fuerza policial”, luego de que la autopsia del cuerpo de Martínez revelara “golpes y señales de asfixia”.
Ante las graves sospechas, la CPM, en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, y también la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires tomaron intervención en la causa que investiga la muerte en la comisaría de San Clemente.
La versión policial afirma que Martínez fue detenido por generar disturbios en un hotel de la localidad costera mientras cursaba un “brote” y luego fue trasladado a la comisaría donde apareció muerto a los 10 minutos, mientras que otros detenidos aseguran que fue golpeado y la familia denuncia que fue un crimen.
“Igual que sucedió hace unos días con el asesinato de Lucas González, la policía intentó imponer una versión oficial para deslindar su responsabilidad en los hechos y lograr impunidad. Pero las investigaciones posteriores empiezan a rebatir con datos y pruebas concretas ese relato”, destacó la CPM.
Además, la Comisión Provincial por la Memoria puso el foco en que “en el caso de San Clemente la autopsia permitió constatar que el cuerpo tenía golpes y signos de asfixia” y en que “el testimonio de otro detenido pone en dudas el relato oficial al indicar que varios policías pusieron a Martínez contra el piso y lo golpearon”.
Antes de su muerte en la seccional 3° de San Clemente del Tuyú Martínez había sido detenido otras dos veces. La CPM cuestionó el abordaje de la Policía Bonaerense: “Estos antecedentes, y según lo que se desprende del propio relato policial, ponen en evidencia que la víctima se encontraba bajo un cuadro de padecimiento mental que debía ser abordado de manera específica con herramientas de contención adecuadas por personal del Ministerio de Salud”.
“Pero una vez más, y como hemos denunciado en tantos otros casos, se muestra la ausencia de protocolos y estrategias de este tipo en los agentes policiales, prevaleciendo siempre la violencia”, agregaron.
Por último, la CPM enfatizó: “Esa violencia desplegada como única estrategia de intervención termina en la muerte o torturas de personas que padecen una enfermedad y deben ser tratadas como pacientes. Martínez se encontraba bajo custodia de los funcionarios policiales que debieron cuidarlo y dejarlo en manos de personal de salud y de ningún modo detenerlo y alojarlo en la comisaría”.