La Semana Santa que se vivió hace poco más de tres décadas es recordada como la más luctuosa en cuanto a accidentes ocurridos en la vieja Ruta 2 a la que por entonces se la calificaba como “trágica”.
Alrededor de la 1,15 de la madrugada del jueves 17 de abril de 1992 , a la altura del kilómetro 343, en cercanías de la ciudad de Coronel Vidal, partido de Mar Chiquita y en momentos que un espeso manto de niebla reducía la visibilidad a menos de 100 metros, un ómnibus de la empresa Micromar que transitaba a alta velocidad y otros cuatro vehículos protagonizaron un choque en cadena que dejó como saldo 32 víctimas fatales y 28 heridos.
En el ómnibus, que luego de chocar se incendió y se convirtió en una bola de fuego a raíz de la explosión del tanque de combustible de un auto que había quedado debajo del mismo, murieron calcinados 24 de sus 46 ocupantes.
En todos los casos, a raíz del estado en que quedaron -se produjo la amputación espontánea de piernas y brazos- la identificación de los cuerpos resultó muy dificultosa.
Quienes lograron salvarse fueron los que pudieron escapar por las ventanillas que previamente rompieron; el resto de los que perdieron la vida fueron 6 personas que se encontraban a bordo de un Fiat 128 que resultó totalmente destruido y otras 2 que viajaban en un VW 1500, otro de los rodados que se vieron involucrados.
Los cadáveres fueron colocados sobre la misma ruta que permaneció cortada al tránsito durante casi toda esa jornada y posteriormente trasladados en camionetas hacia las morgues de los distintos hospitales de la zona.
A pesar de que Carlos Menem (por entonces presidente de la Nación) y José Pampuro (ministro de Salud de la Provincia), manifestaron que la tragedia había sido consecuencia de la falta de cuidado y de la negligencia de algunos conductores, el funcionario bonaerense admitió que la estructura de la red vial del primer estado argentino no ofrecía a los automovilistas garantías mínimas de seguridad.
Cabe acotar que ese trágico accidente hizo que desde diferentes ámbitos se lanzaran fuertes críticas a la empresa Covisur que por entonces tenía a su cargo la explotación del Peaje a la que se acusó de incumplimiento de los compromisos de realización de obras para prevenir este tipo de siniestros viales.
Tras la gran cantidad de accidentes con consecuencias trágicas que se produjeron en todo el tramo de la ruta 2, finalmente el 15 de diciembre de 1992, el Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Provincia y la empresa concesionaria firmaron un convenio que permitió la construcción de la actual Autovía “Juan Manuel Fangio”.
Los trabajos para construir la calzada dividida, que se iniciaron en enero de 1993, concluyeron el 5 de marzo de 1999; en la actualidad, excepto al atravesar Lezama, donde se transforma en una avenida urbana, la ruta es Autovía en todo su trayecto razón por la cual el número de accidentes que se producen en la misma se redujo significativamente.