Roberto Canessa, sobreviviente y héroe del accidente aéreo de 1972 en la cordillera de Los Andes, encabeza un equipo de expertos que desarrolla contrarreloj un innovador respirador artificial mecánico.
Canessa, que también es médico, integra un grupo de 40 voluntarios entre quienes crearon un respirador automático con el objetivo de atacar la posible escasez de este insumo ante la eventualidad de una mayor cantidad de pacientes que los necesiten tras contraer el coronavirus. El proyecto fue bautizado como Respirador Charrúa.
El sistema que inventaron es sustituir el sistema manual de “bombeo” de oxígeno a los pacientes por uno automático, que utilice un pequeño motor. El que utilizan es el de un limpiaparabrisas cuyo valor es de 27 dólares.
Según explicó Canessa, estos respiradores ayudarán a quienes por el virus Covid19 no puedan respirar por sus propios medios. Recordemos que en Uruguay no hay respiradores suficientes, en caso de saturarse las salas de internación.
¿Cómo funciona?
El motor hace que una especie de pedal presione el ambú, la bolsa inflable. Esta se infla y proporciona medio litro de oxígeno por vez cada vez que se aplique el bombeo. Este sistema está conectado al tubo que tiene el paciente y, de esa forma, se lo oxigena.
Por ahora, utilizan el motor del limpiaparabrisas. Pero buscan nuevas soluciones. “Ahora tenemos otra posibilidad de hacerlo con un motor de las impresoras”, contó. “Hay que ver si se pueden usar 12 horas. Estuvimos viendo de poner dos motores, para que uno trabaje y el otro descanse”, indicó.
El objetivo del grupo es desarrollar diferentes modelos de respiradores manuales para uso en emergencia con elementos básicos que se encuentren en desuso o en el mercado local y posteriormente publicar las especificaciones por medio de tutoriales para que cualquiera pueda fabricarlo.