Habitualmente, cada vez que comienzan los días fríos los mosquitos empiezan a desaparecer y traer un poco de alivio. A pesar de que ya comenzó el otoño, continúan molestando a gran parte de vecinos de ciudades de la región.
Estamos acostumbrados a que estos insectos nos acompañen a lo largo de todo el verano pero cuando llega el frío, comienzan a desaparecer. Sin embargo, este otoño fue la excepción.
Hay una explicación: es que hay una especie que se llama Aedes Albifasciatus que se reproduce en los charcos de lluvia y sobrevive a zonas mucho más frías e incluso pueden aguantar las temperaturas de Tierra del Fuego.
El doctor en Ciencias Biológicas, investigador del Conicet y líder del grupo que estudia mosquitos en la Facultad de Ciencias Naturales, Nicolás Schweigmann, explicó que “hay un incremento inusual en la cantidad de mosquitos de esta especie debido, en gran parte, a las lluvias que cayeron en los últimos días”.
A diferencia del temido Aedes aegypti, el Ochlerotatus albifasciatus (mosquito “de inundación” o “charquero”) no es considerado vector del dengue o chikungunya. Pero no será víctima del frío, y el pico de su proliferación está aún por llegar. Así lo advierten los expertos, que más allá del impacto de eventuales fumigaciones sobre la población de insectos señalan que el uso de repelente y ropas claras que no dejen demasiada piel al descubierto son las armas más efectivas para combatirlos