Prisión perpetua a joven que mató y enterró a su madre en Córdoba

Ignacio Hernández

Tras ser hallado culpable por el asesinato de su madre ocurrido en marzo del año 2017 en Jesús de María una localidad cordobesa, Pedro Jeremías Sanz de 23 años de edad es condenado a prisión perpetua.

María Eugenia Camaduro de 46 años de edad, desapareció en 15 de marzo del 2017  en su casa en Jesús de María, en la residencia habían quedado luces encendidas y su auto abierto y por tres meses no se tuvo conocimiento de su paradero.

El 16 de junio de ese mismo años fue encontrado el cuerpo sin vida envuelto en unas sábanas, enterrado en una fosa con cerca de un metro de profundidad en un campo de la localidad en Villa Gutiérrez. Se conoció que Camaduro había recibido dos impactos de bala, uno en la espalda y otro en su cabeza, además presentaba un estado avanzado de descomposición.

Desde que se supo de la desaparición de Maria Eugenia, las sospechas se dirigieron hacia su hijo Pedro por lo que el fiscal Raúl Almeida ordenó a  la Policía de Córdoba la detención del joven, bajo la imputación de privación ilegítima de libertad.

La Cámara Octava del Crimen, después de la decisión unánime de un jurado popular, condenó a prisión perpetua a Jeremías Sanz por el delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, violencia de género y alevosía.

El fiscal de la Cámara Hugo Almirón, no reveló el posible móvil del crimen, pero aseguró que está probado que fue él quien la asesinó, debido a que investigadores hallaron, entre otros elementos, un par de guantes que fueron cotejados, donde quedó grabado el ADN del amigo de Jeremías, Nicolás Rizzi, quien además testificó que lo ayudó a enterrar el cuerpo.

Rizzi está detenido en una cárcel de Cruz del Eje, acusado de encubrimiento agravado, sin embargo, Jeremías Sanz desaprobó la declaración de su amigo alegando: “niego categóricamente sus mentiras. Yo no maté a mi madre. Soy un ser humano que puede tener defectos pero nunca haría algo así”, dijo durante el juicio.

El caso, continúa abierto por petición del fiscal Almirón, pues se sospecha que la hermana de la víctima, Mabel Cadamuro y el cuñado de ella, Facundo González “Tenían un claro interés en la desaparición de la víctima”, según su declaración a los medios locales sin agregar más detalles.

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