En la noche de ayer, el Gobernador bonaerense, Axel Kicillof, mantuvo una breve reunión con Sergio Massa para analizar la derrota de la coalición “Unión por la Patria” en el balotaje y discutir los posibles escenarios que podrían surgir tras la asunción del presidente electo, Javier Milei, el próximo 10 de diciembre.
La principal inquietud de Kicillof radica en la segunda gestión al frente de la Provincia de Buenos Aires sin el respaldo de los recursos discrecionales que solía recibir del Gobierno Nacional. La incertidumbre sobre cómo se manejarán los fondos para la provincia complica la planificación a futuro del mandatario.
Los tiempos apremian al Gobernador, ya que en los próximos días deberá enviar el cálculo de recursos para el año 2024 y presentar la iniciativa de Ley Fiscal y Tributaria. Sin conocer con certeza qué recursos dispondrá desde el gobierno nacional, la tarea se vuelve particularmente desafiante.
Durante la campaña electoral, Milei planteó la posibilidad de eliminar la coparticipación, una medida impracticable, pero sin embargo, sus declaraciones también incluyeron la eliminación de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), una fuente clave de financiamiento para la Provincia de Buenos Aires. Además, anunció la finalización de cualquier inversión estatal en obra pública, lo cual agrega una capa adicional de incertidumbre a la situación económica y fiscal de la provincia.
En este contexto, Kicillof y su equipo enfrentan el desafío de planificar y gestionar la provincia sin el respaldo financiero al que estaban acostumbrados, lo que agrega un elemento de complejidad a la gobernabilidad en el próximo período.