La ciudad bonaerense de Henderson llevaba cien días sin que se registraran casos del nuevo coronavirus. La vida era apacible en la localidad cabecera del municipio de Hipólito Yrigoyen. El viernes pasado todo cambió cuando se confirmó el primer contagio. Hoy hay cuatro con diagnóstico confirmado. Otros cuatro sospechosos. Y más de 200 personas aisladas.
Desde entonces, a diario, a las 19 horas, suena la sirena de Bomberos Voluntarios que marca que nadie puede salir de su domicilio.
Una reunión clandestina entre adolescentes en una casa particular, donde participó el nieto del caso cero, disparó los contagios y puso en cuarentena estricta a toda la ciudad. Hasta entonces, el municipio estaba en fase 5 de aislamiento y solo estaban autorizados los encuentros de familiares, en grupos reducidos.
El virus llegó a Henderson a través de un hombre de 64 años con permiso para circular, que viajó por trabajo a San Andrés de Giles.
El 25 de junio, comenzó a tener síntomas compatibles de coronavirus. Se quedó en su casa y llamó a una enfermera para que le administrara un medicamento. Mientras, esperaba reponerse estuvo en contacto con su hijo y con su nuera. Uno de los tres hijos de la pareja participó del encuentro clandestino, mientras el abuelo aún estaba convaleciente en su domicilio.
El paciente empeoró y fue trasladado a Junín, donde quedó internado con diagnóstico de Covid-19. Hoy está en terapia intensiva en grave estado.
“Todo comenzó con un caso importado en una familia grande, de muchos integrantes que viven juntos en el mismo inmueble. Hemos tenido una pequeña desprolijidad desde que el paciente tuvo el primer síntoma, un retraso en siete días en comunicarlo. Siete días de contacto con muchas personas y hoy tenemos mucho volumen en nuestro pueblo”, informó el intendente Ignacio Pugnaloni.
“Veníamos bien y se nos ha complicado feo por la irresponsabilidad -dijo el intendente de Hipólito Yrigoyen-. Dos casos [ahora confirmados] habían estado en una ‘previa’ con uno de los nenes positivos, siendo que este tipo de reuniones estaba prohibida. Da rabia, impotencia, bronca. Fueron 110 días de mucho trabajo, sacrificio. Castigamos a un pueblo al prohibir casi todo y que una familia de irresponsables hayan arruinado todo un pueblo, me genera bronca”, apuntó.
Además Pugnaloni remarcó: “Acá hubo irresponsabilidad de la familia del caso cero, estuvieron cinco días con síntomas y no dijeron nada, para cuando llegamos con el servicio de salud ya hacía una semana que mantenían contactos”.
Y completó: “La gente tomó muy mal la regresión de fase, porque estábamos con reuniones familiares, con reapertura de comercios y tuvimos que volver a fase 3. No sé si no habrá más casos y habrá que restringir aún más. Es un pueblo que vive del campo y no es tan fácil contener este desastre”.
“Veníamos en etapa de liberación, pero hay pueblos vecinos que también han confirmado casos”, concluyó.