El 23 de noviembre de cada año se conmemora el Día de la Defensa Civil Argentina, un organismo que protege a la población.
Esta institución nació en la Argentina durante la Segunda Guerra Mundial como Defensa Pasiva Antiaérea, organismo destinado a proteger a la población de daños por catástrofes naturales desastres y accidentes de gran escala o magnicidios de origen bélico.
El concepto se fue modificando y, en 1969, pasó a ser Dirección General de Defensa Civil, con funciones adaptadas a los riesgos propios de las transformaciones sociales y los cambios climáticos e incorporando la idea de prevención.
Se rige por los principios de solidaridad social y ayuda mutua, a su vez, presta servicios de asistencia sanitaria, salvamento, comunicaciones, transporte, asistencia social y rehabilitación de servicios esenciales.
Este día fue establecido por decreto del Poder Ejecutivo Nacional en recuerdo de una de las mayores catástrofes ocurridas en el país: el terremoto de Caucete, en la Provincia de San Juan, el 23 de noviembre de 1977.
Constituye un reconocimiento a quienes trabajan en silencio para aliviar el sufrimiento ajeno así como un estímulo a la ciudadanía para la realización de acciones en defensa del bien común.
En este sistema de protección pasiva de la población, el objetivo es el de limitar los daños causados por desastres de origen bélico, naturales, accidentales o provocados por el hombre.
Hoy en día el concepto de defensa civil va cambiando y adaptándose a los riesgos emergentes de la sociedad en que vivimos, de los cambios climáticos y de los factores socio-culturales que han modificado la naturaleza de las amenazas existentes.
Por ello se habla ahora de Protección Civil, donde no solamente es un cambio semántico de la palabra defensa pasamos a protección, para tomar otro concepto de trabajo en la gestión de riesgos, y comenzar desde las actividades “preventivas” o de “protección” en lugar de pensar en “defendernos” pasivamente de los “estragos” que pudieran surgir.
Este concepto es básico porque se encamina el tema de manejo de emergencias desde un punto de vista proactivo en lugar de ser reactivo, generando de esta manera una nueva cultura real de prevención y de reducción de riegos presentes en la comunidad.
Esta es una función a nivel nacional, provincial y municipal, donde cada uno en su jurisdicción tiene la respectiva competencia en cuanto a la seguridad que se brinda a los ciudadanos en cuanto al manejo de las amenazas presentes en el lugar.