Luego de tantos meses de confinamiento, el sedentarismo y la obesidad se han vuelto fuertes en los hábitos de las personas. Es por eso que el Ministerio de Salud ha incorporado a las personas con obesidad entre los grupos de riesgo frente al coronavirus.
“Por la experiencia observada en otros países y la prevalencia de casos, la evidencia reconoció a la obesidad como un factor asociado a mayor riesgo de contraer la enfermedad y de sufrir evolución desfavorable de la misma”, dictaron en la Resolución 1541/2020 de la cartera sanitaria.
Entre sus fundamentos, la principal decisión se debe a que “existen múltiples mecanismos fisiopatológicos que explican esta predisposición, incluyendo presencia de un estado inflamatorio crónico, desregulación de la respuesta inmune, exceso de estrés oxidativo y producción aumentada crónica de leptina; y asimismo, el tejido adiposo podría sobreexpresar el receptor de la enzima convertidora de la angiotensina 2, implicado en la invasión intracelular del virus”.
Los grupos de riesgo con enfermedades respiratorias crónicas:
- Hernia diafragmática.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Enfisema congénito.
- Displasia broncopulmonar.
- Traqueostomizados crónicos.
- Bronquiectasias.
- Fibrosis quística.
- Asma moderado o severo.
Enfermedades cardíacas:
- Insuficiencia cardíaca.
- Enfermedad coronaria.
- Reemplazo valvular, valvulopatías.
- Cardiopatías congénitas.
- Diabetes.
Se suman a esa nómina las personas con insuficiencia renal crónica en diálisis o con expectativas de ingresar a diálisis, las que padecen inmunodeficiencias congénitas, como asplenia funcional o anatómica (incluida anemia drepanocítica) y desnutrición grave.
La lista finaliza con quienes tienen tumor de órgano sólido en tratamiento, trasplantados y personas con certificado único de discapacidad.