El Ministerio de Seguridad de la Nación estableció nuevas medidas destinadas a cambiar las dinámicas en las cárceles federales de Argentina. El objetivo principal es combatir la denominada “cultura tumbera” y fomentar la ocupación productiva del tiempo de los internos, quienes ahora tendrán tareas obligatorias para cumplir. Esta iniciativa apunta a fortalecer la disciplina, reducir la violencia y contribuir a la reinserción social de los detenidos.
¿Qué establece la nueva resolución?
La Resolución 1346/2024, firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, establece que los 12.000 internos alojados en cárceles federales deberán realizar tareas obligatorias de mantenimiento, limpieza, aseo o higiene en sus lugares de alojamiento y espacios comunes. Estas actividades no serán remuneradas y deberán realizarse durante cinco horas diarias.
Esta disposición se ampara en el artículo 111 de la Ley 24.660, que obliga a los internos a colaborar con labores generales dentro de los penales. Según la normativa:
- Las tareas no son consideradas trabajo remunerado, salvo que constituyan la única actividad del recluso.
- Los internos que estudian o trabajan también deben cumplir con estas obligaciones.
Impacto en el comportamiento y cumplimiento de las penas
El incumplimiento de estas actividades tendrá consecuencias para los reclusos. Las autoridades informaron que:
- No habrá progresos en el cumplimiento de la pena para quienes no participen en las tareas obligatorias.
- Las negativas afectarán decisiones futuras como cambios de alojamiento, acceso a trabajos rentados o solicitudes de excarcelación.
El subsecretario de Asuntos Penitenciarios, Julián Curi, explicó que el objetivo es que los presos comprendan la gravedad de sus actos y adopten hábitos positivos. Según las autoridades, estas medidas contribuirán a disminuir la reincidencia delictiva.
Combinación de estudio, trabajo y tareas obligatorias
En el sistema carcelario federal, 80% de los internos estudian en diferentes niveles educativos o se capacitan en oficios, mientras que 60% participan en programas laborales como “Manos a la Obra”. Este programa permite a los reclusos desarrollar habilidades laborales remuneradas en áreas como:
- Herrería y carpintería: fabricación de mobiliario para instituciones públicas.
- Producción de adoquines: en colaboración con la provincia de Neuquén.
- Confección de uniformes: para el Servicio Penitenciario Federal, generando ahorros para el Estado.
Estos trabajos remunerados se monitorean mediante sistemas biométricos y se combinan con las tareas obligatorias de limpieza y mantenimiento, que buscan simular las rutinas cotidianas de la sociedad.
Justificación de las medidas
La resolución firmada por Bullrich señala que la ociosidad en los penales es un factor que incrementa la violencia y fomenta subculturas ligadas al delito. En este sentido, el enfoque de las autoridades penitenciarias es lograr que los internos:
- Reconozcan su responsabilidad individual en los delitos cometidos.
- Participen activamente en la reparación simbólica del daño causado a la sociedad.
- Adopten hábitos de convivencia y disciplina que faciliten su reinserción social.
La ministra Bullrich destacó que estas iniciativas buscan reconfigurar el rol del Servicio Penitenciario Federal como una fuerza de seguridad, con responsabilidades claras en la preservación del orden y la paz social mientras los reclusos cumplen su condena.