Este jueves 4 de agosto dijo adiós una de las referentes de Abuelas de Plaza de Mayo: Rosa Aloy de Camarotti. Fue una fiel activista por los derechos humanos cuya vida cambió completamente luego del secuestro de su hijo durante la última dictadura militar.
“Anoche tuvimos la peor noticia que podíamos tener: nos dejó, se cansó de vivir, Rosita Aloy de Camarotti. Era dulce, muy buena compañera, siempre estaba dispuesta a cuidar a los enfermos, a ir a verlos, atenderlos, y amaba la Plaza”, anunciaron desde Madres de Plaza de Mayo.
¿Quién fue Rosa Aloy de Camarotti?
Nació en 1928 y se radicó en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, en aquel lugar vivió desde sus 26 años. Su vida cambiaría para siempre a partir del 18 de mayo de 1978 cuando las fuerzas de seguridad (de la dictadura militar) secuestraron a su hijo, Osvaldo Daniel Camarotti en su casa familiar.
“Se lo llevaron a él y a un amigo. Nos dijeron que lo trasladaban por drogas a la ciudad de La Plata y que no nos moviéramos por 15 minutos“, contó Rosa rememorando el suceso en una entrevista con el portal Cordón, de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Aquel día inició su peregrinaje para conocer el paradero de su hijo. Junto a su familia que se dirigió a la comisaría de Villa Galicia y a distintas dependencias públicas también de la Capital Federal.
Fue entonces que comenzó a cruzarse con tantas otras mujeres con similares reclamos. “Eran sobre todo, mujeres que estaban en la misma situación, buscando a sus hijos. Y así fueron pasando los meses”, expresó.
Así fue como dio inicio a un camino de lucha y activismo por los derechos humanos que no tendría fin: se convirtió en una madre de Plaza de Mayo. Las concentraciones se realizaron primero ante la sede del Ministerio del Interior en la Casa Rosada, donde estaba en aquel entonces.
“Ahí, nos decían que no tenían novedades, que nos fuéramos. Y nos fuimos juntando enfrente, en la Plaza de Mayo. Como había estado de sitio, vino un policía y nos pidió que circuláramos. Primero, éramos muy poquitas, seis o siete. Pero a medida que iban pasando los días, ese número iba aumentando, se iban agregando más mujeres que buscaban a sus hijos“, afirmó Camarotti.
Posteriormente se consolidó la Asociación de Madres de Plaza de Mayo ante la falta de respuestas y el miedo. “Ahí, ya aprendimos a pedir no sólo por nuestros hijos, sino por los 30.000. Eran trabajadores, estudiantes, universitarios, escritores, artistas; no dejaron nada quieto, toda persona que quería manifestarse o pedir por sus derechos era secuestrada y desaparecida”, relató.
Rosa no bajó nunca más la cabeza, portando el símbolo del pañuelo blanco con la inscripción de “Osvaldo”, dedicó su vida entera a la búsqueda de los desaparecidos-detenidos.
“Lamentamos el fallecimiento de Rosita de Camarotti, Madre de Plaza de Mayo, ejemplo de lucha y militancia por la memoria, la verdad y la justicia”, comunicaron a través de un tuit el municipio de Lomas de Zamora.
