Los videojuegos ya no son una mera actividad recreativa. A pesar de que cada vez es más popular entre chicos y grandes, existe una generación de profesionales que se ganan la vida en estos espacios digitales.
La popularidad de los deportes electrónicos ha crecido rápidamente así como también el número de jugadores en todo el mundo. Un sitio de apuestas británico “Safe Betting Sites” aportó estas cifras sobre el sector:
- Desde el 17 de julio al 17 de agosto se pagaron más de 3,6 millones de dólares de premio a los jugadores de torneos de deportes electrónicos.
- La suma se dividió en 2.591 personas participantes de un total de 183 torneos de eSports durante el período anteriormente mencionado.
- El premio acumulado más alto en ese periodo fue el día 19 de julio: un total de 923.702 dólares.
Argentina está dentro de esta tendencia, incluso grandes figuras del deporte fueron vistas por el mercado:
- El exbasquetbolista Fabricio Oberto, quien integró la Generación Dorada y la NBA, fundó su propio equipo, New Indiands, y cerró un acuerdo con Intel.
- El extenista Guillermo Coria hizo lo suyo y presentó este año su equipo New Pampas.
En este contexto, un grupo de streamers y youtubers que transmiten sus partidas en vivo presentaron un proyecto en Diputados con la idea de que avance la profesionalización de los eSports en la Argentina.
“El proyecto nace porque queremos que esta actividad entre en la misma categoría que el resto de los deportes”, explica Leandro Riccio, youtuber y abogado muy popular en las redes.
“Reconocimiento de los deportes electrónicos como categoría deportiva del sistema nacional del deporte”, lleva como título el proyecto.
¿Qué dice el proyecto?
“También pensamos en ampliar el margen tributario con beneficios para que los profesionales se queden en el país y promover la actividad local”, cuenta Riccio.
El proyecto tiene que como puntos destacados:
- Reconocer la actividad como deporte
- Crear un Consejo Federal de apoyo con participación público-privada en el ámbito de los ministerios de Turismo y Deportes y de Ciencia, Tecnología e Innovación
- Crear una categoría de contribuyentes específica (MONO-tech)
- Así, se los “blanquea”
- Se genera un fondo para su desarrollo
- Se crea una tarjeta o cuenta específica para el pago de servicios en moneda extranjera
En resumen, se considera Mono-Tech a todo aquel que practique eSports y obtenga un ingreso por dicha actividad. Una especie de monotributo, pero que alcance sólo a los atletas digitales.
Además, los ingresos que deban efectuarse como consecuencia de la adhesión a este régimen simplificado sustituyen el pago de:
- Impuesto a las Ganancias y al Valor Agregado (IVA)
- Recursos de la Seguridad Social: las cotizaciones previsionales en los términos previstos en el artículo 39 de la ley 24.977 del Monotributo
- Y también, crear una nueva categoría de factura electrónica (“T”, de Tech) y que el 20% de la recaudación tributaria sea destinado a campañas de concientización y prevención del grooming.
Pero, existe un gran descontento
Apesar de parecer una regulación beneficiosa para el sector, distintos referentes y personalidades mostraron su desacuerdo y descontento con el proyecto.
Rodrigo Figueroa Reyes, fundador y CEO de FiReSPORTS y FiReLEAGUE, asegura que el proyecto “viene a imponer un marco regulatorio a una actividad que no la necesita, ni le hace falta“. Además afirmó que la excusa detrás de ello es tributar.
“La realidad es que, si se agrega un costo extra, tanto para jugadores como para clubes, las planificaciones de inversión y el retorno del esfuerzo en materia monetaria siempre verán bajas”, argumenta.
Por su parte, Juan Diego García, Country Manager de la Liga de Videojuegos Profesional (LVP), también lamenta la falta de diálogo: “En nuestro caso, nadie nos ha convocado para evaluar las necesidades de las ligas profesionales“.
Desde la Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos (DEVA), organización que impulsa el deporte amateur y la iniciación basada en la educación, tampoco están de acuerdo con el proyecto.
“Desde nuestra comisión de legales en una vista más profunda, lo vemos innecesario e inoportuno. Se presenta sin intervención de las partes que van a verse alcanzadas: equipos y jugadores. No es claro y se desconoce el interés real de fondo“, cuenta Nicolás Crespo, fundador y presidente de DEVA.