Se hacía llamar el “Rey del Entretenimiento” y se paseaba con una corona y una capa para certificarlo. Andaba en autos de lujo, se alojaba en hoteles cinco estrellas; y se rodeaba de varios guardaespaldas como una estrella Hollywood.
Se trata de Max Higgings, un estafador que llegó a Argentina en el 2007 e hizo a creer a muchos que era un exitoso empresario. Sin embargo, todo era un engaño, y hoy, tras 13 años de su llegada y una vida de millonario, duerme en la calle y su única compañía es un maletín.
El engaño de Max Higgings
Cuando Higgins llegó a Argentina, anunció que construiría un parque como Disney en San Pedro con una inversión de $1000 millones de dólares; también contrató a Diego maradona y a Sergio Goycochea como conductores del reality “World Football Idol“.
Por las noches, cantaron Gloria Gaynor y Durán Durán (entre otros); y solía frecuentar el estadio José María Minella como si fuese su dueño. Vivió una vida digna de un millonario y se trataba de una farsa.
¿De dónde provino su dinero?
Se sospecha que su modus operandi era de un tipo de estafa conocida como “Esquema Ponzi”; cuyo nombre se debe al estafador italiano Carlo Ponzi. Se le consideraba un estafador profesional.
Esta tipo de estafa consiste en una operación piramidal y fraudulenta donde se paga a los inversores actuales los intereses de los nuevos inversores, y no de ganancias propias del negocio.
Su declive
Su propia ex esposa Sandra Zapara fue quien lo desenmascaró, ya que lo denunció ante la justicia; y lo expuso ante la prensa.
Ella lo habría denunciado por por violencia de género y reveló información en la que se dio a conocer que Higgins estuvo preso en USA e Inglaterra por estafar con cheques sin fondo y fabulación.
Así fue como pasaron de vivir en un lugar humilde a Puerto Madero; de vivir una vida modesta a una de millonarios. Sin embargo, su engaño de su imperio se desarmó rápido, y pasó de ser una leyenda a un indigente.
Su estado actual
Actualmente vive en la calle solo con un maletín con comida que le dan los vecinos; y que a su vez, es su almohada para las noches. A su vez, su estado anímico es variable, ya que puede pasar días sin hablar, mientras que otros días puede pasarla “predicando”, o sacar un móvil sin batería y hablar en inglés o en un castellano poco entendible.
No obstante, dentro de su indigencia no pierde la esperanzas, ya que le pide ayuda a Maradona; y lo hace con la promesa de que podrá recuperar “dos billones de dólares que tiene embargados”.