El “Martín Fierro” es considerada la obra que sintetiza, como ninguna, el alma argentina, la ficción donde se pueden encontrar respuestas a prácticamente todas las preguntas.
En otros países, ese lugar lo ocupan obras como “Don Quijote de la Mancha” (España), “Hamlet” (Inglaterra”) o “Fausto” (Alemania).
Una obra polémica
Enfrentado al gobierno, José Hernández escribió su largo poema para demostrar el maltrato y persecusión que sufrían los gauchos en el gobierno del presidente Domingo Faustino Sarmiento.
Siempre polémico, el máximo mandatario le había ordenado a los soldados encargados de reprimir sin piedad los alzamientos provinciales encabezados por caudillos como el Chacho Peñaloza: “No ahorre sangre de gauchos, es lo único humano que tienen“.
Espantado ante esa realidad, Hernández escribió su extenso poema épico donde el personaje cuenta su desgracia: desde que lo obligan a servir en la frontera hasta su regreso a su campo, donde ya no queda nada.
Un éxito inmediato y rotundo
El 28 de noviembre de 1872 el diario La República anunció la salida de la obra que, en apenas dos meses, agotó nueve ediciones, algo muy poco común en la época.
Posiblemente el comienzo del “Martín Fierro” pueda ser citado todavía de memoria por miles de argentinos:
“Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena estrordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela“.
Polémicas y rechazos
Reivindicado primero por Leopoldo Lugones y luego por diferentes autores, entre ellos Ricardo Piglia, posiblemente la crítica más dura de la obra provenga de Jorge Luis Borges, quien remarcó un hecho paradójico que poca gente había notado antes que él.
El escritor expresó: “Creo que, si hubiéramos resuelto que nuestra obra clásica fuera el ‘Facundo’ de Sarmiento, nuestra historia habría sido distinta. Creo que, razones literarias aparte, es una lástima que hayamos elegido el ‘Martín Fierro’ como obra representativa. Porque ella no pudo haber ejercido una buena influencia sobre el país”.
Y agregó: “Pensemos en lo triste de que nuestro héroe sea un desertor, un prófugo, un asesino y una especie de forajido sentimental además, que, sin duda, no existió nunca“.
Un “robo” maestro
Más allá de las dudas que le provocaba la obra (a la que dedicó innumerables ensayos a lo largo de los años), dos de los mejores cuentos de Borges provienen directamente del “Martín Fierro”.
En “Biografía de Tadeo Isidoro Cruz“, el escritor cuenta la historia previa del Sargento Cruz, el amigo y aliado del antihéroe inventado por Hernández; y en “El Fin” relata la muerte del gaucho.