El ferretero de 42 años de Zárate que asesinó a balazos a un delincuente al resistirse a un robo dentro de su negocio e hirió en una pierna a un cliente que aguardaba en la vereda para ingresar a comprar quedó hoy en libertad.
El comerciante declaró que “pensó que lo iba a matar a su empleado o a él” ante la fiscal de la causa, quien consideró que actuó en legítima defensa. De acuerdo a la autopsia, el delincuente recibió siete disparos de atrás hacia adelante.
La fiscal Andrea Palacios, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial Zárate–Campana, indagó a Martín Valenzuela, a quien lo imputó por “exceso en la legítima defensa y lesiones culposas”.
Tras recibir la declaración, la fiscal que entiende la causa dispuso la excarcelación del imputado al considerarse que actuó en legítima defensa. Se comprobó que el delincuente intentó asaltar el comercio con una pistola de aire comprimido.
La reconstrucción judicial indica que Valenzuela se encontraba junto a un empleado en su ferretería de la calle Pellegrini y José Ingenieros, de la localidad bonaerense de Zárate, cuando un hombre ingresó con fines de robo.
De acuerdo al testimonio brindado ante la Justicia por el trabajador, el hombre le apuntó al pecho con un arma de fuego, a muy poca distancia, y le exigió que le entregara dinero.
El empleado accedió al pedido del ladrón y le entregó una suma de dinero, que le pareció insuficiente al delincuente, quien lo amedrentó y le pidió un monto mayor, tras lo cual le gatilló con la pistola.
En esas circunstancias, el propietario extrajo una pistola calibre 9 milímetros y efectuó una serie disparos que impactaron en el cuerpo del asaltante, quien cayó muerto dentro del negocio.
Según las primeras pericias, el delincuente, identificado como Rubén Malvido (49), portaba una réplica de una pistola de aire comprimido cargada con balines similares a proyectiles de calibre .22, y en uno de los bolsillos tenía la suma de 5.000 pesos.
Un investigador precisó que la operación de autopsia señaló que tenía “siete orificio de entrada y salida” y que la dirección de los disparos “era de atrás hacia adelante”.
“El delincuente tenía siete disparos en varias partes del cuerpo como la espalda, muslos, brazos y mano. Todos eran con una dirección de atrás hacia adelante”, dijo una fuente con acceso al expediente.
Además, el investigador agregó que Malvido, padre de tres hijos, “era reincidente por cuarta vez” y que era “un delincuente conocido en la zona”.
En tanto, un cliente de 40 años que aguardaba en la vereda para ingresar a la ferretería sufrió un disparo en la parte inferior de la pierna izquierda.
“Fui a comprar porque estamos haciendo unos arreglos en casa y estaba afuera cuando escucho los tiros pero no me di cuenta de nada, ahí recibí un rebote de un tiro“, contó Andrés, quien trabaja como albañil.
Tras recibir el balazo, el hombre ascendió a su camioneta que había estacionado frente a la ferretería y manejó unos metros hasta que se dio cuenta que estaba herido.
“Frené y veo que sale Martín al que le digo: ‘llamá a la ambulancia que me lastimé’. Fue todo muy rápido, todavía no caigo”, relató.
Al arribar una ambulancia del Sistema de Emergencias Municipales (SEMU), los médicos comprobaron el deceso del ladrón y que la salud del herido no revestía gravedad.
“El disparo por suerte no me tocó ningún hueso ni nada. Con el comerciante somos amigos y hablé por teléfono con él que me preguntó para ver si estaba bien”, añadió el albañil.