Una persona que viajaba en un micro que se accidentó hace 10 años en la zona de Monasterio, jurisdicción del partido de Lezama, remitió a la redacción de INFOZONA, la siguiente nota de agradecimiento por la atención recibida por los Bomberos Voluntarios y profesionales del Hospital “Dr. Francisco Quijano” de tal ciudad.
El agradecimiento expresa lo siguiente:
“Un día como hoy del año 2006 junto a mi hermana conocimos a un grupo maravilloso de personas, bomberos, médicos, enfermeras y auxiliares de Lezama que, por esas cosas de la vida y aunque siempre fue nuestro deseo, no volvimos a ver, pero llevamos en nuestro corazón.
Había pasado el mediodía del 14 de diciembre de 2006, cuando con mi hermana regresábamos a San Miguel de pasar unos días en el partido de la Costa.
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Viajábamos en un ómnibus de la empresa Alvarez y recuerdo que en un tramo de la ruta 2 llovía muy fuerte cuando escucho algunos gritos y el chofer hace una maniobra muy brusca, hasta escuchar una fuerte explosión, que yo suponía que había reventado el motor hasta darme cuenta que el micro estaba volcando.
Mi hermana fue despedida de su asiento y había quedado casi inconsciente. Yo tenía algunos golpes pero no podía ponerme de pie. Todo era gritos, llantos y pedidos de socorro.
Yo la llamaba a mi hermana y ella no me contestaba. Estaba desesperada pensando lo peor. No sé cuanto tardaron en llegar las ambulancias y los bomberos, porque perdí noción del tiempo. Todo estaba oscuro y no se podía ver bien. Empecé a escuchar sirenas y yo gritaba sin darme cuenta que todos los pasajeros estábamos igual y ni siquiera me imaginaba que el micro estaba volcado en medio de la ruta.
Entraron bomberos y médicos y me preguntaron como estaba y me dijeron que me quedara tranquila que me sacarían de ahí. Les pedí por mi hermana. Un paramédico la revisó y pidió una camilla para sacarla. Yo les gritaba que no me dejaran ahí que quería estar con mi hermana. Un bombero me tranquilizó y dijo que sacarían a las personas heridas para que las atiendan en el hospital y ya me llevarían con ella. No recuerdo cuando tiempo más permanecí dentro del micro, pero finalmente me sacaron y pude ver todo lo que había pasado. El micro estaba atravesado en el medio de la ruta y me puse a llorar. Un bombero muy joven me volvió a decir que me tranquilizara y le pregunté por mi hermana y me dijo que la habían llevado al hospital de Lezama. ¡Yo quiero que me lleven con ella! Le grité al pobre bombero quien llamó a un compañero y me trasladaron hasta el lugar donde la estaban atendiendo a mi hermana, que en ese entonces tenía 69 años. En el viaje desde donde volcó el micro hasta el hospital los bomberos me hablaron con mucha calidez y me decían que todo iba a estar bien. Cuando llegamos me llevaron a la habitación donde la estaban atendiendo. Recuerdo que vino un médico muy joven y me preguntó si yo era la hermana. Asustada le dije que si. Y me dio un beso y dijo que le habían sacado radiografías y hecho análisis, que estaba todo bien, que no tenía fracturas y que ahora estaba lúcida y no paraba de hacer preguntas. Me explicó cosas que no recuerdo y me invitó a pasar a verla. Cuando la vi nos pusimos a llorar y este médico joven, no creo que tuviera más de 30 años, nos decía “ pero no se van a poner a llorar ahora, si las dos están fenómeno, parecen dos pibas..” Mi hermana se sonrió por la ocurrencia del Doctor y le dio un beso. Al rato vino otro médico ya mayor que el anterior, de bigotes gruesos y me dijo que me iban a sacar unas placas. Yo me negaba, pero él insistió tanto que fui y me las sacaron. Quiero destacar aquí el cariño con el que nos atendieron en todo momento, tanto los bomberos como los médicos, enfermeras y todo el personal del hospital de Lezama.
Seres que aman lo que hacen y lo demuestran. A la noche nos fue a buscar mi yerno y mi hija y los cuatro llorábamos, cuando llegó a la habitación una enfermera y nos decía que estaba todo bien y que algún día contaríamos esto como una anécdota. Yo quise saludar al médico joven que me recibió pero me dijeron que en ese momento no estaba, porque el trato para con los pacientes de ese profesional fue maravilloso. Les di un beso a las chicas que estaban ahí y prometimos volver con algún regalito para esa gente que tan bien nos atendió en esos momentos tan difíciles. Les pedí perdón por si había dicho algo fuera de lo normal y una enfermera me abrazó y me dijo que no nos preocupáramos que ellas están acostumbradas y saben que en estos casos todos nos ponemos un poquito “loquitos” y nos reíamos todos.
Desde entonces que con mi hermana siempre pensamos en regresar a Lezama y llevarles un presente tanto a los bomberos como a la gente del hospital, pero por esas cosas de la vida no se pudo dar. Mi hermana ya hace 3 años que no está más, pero siempre recordaba con cuanto cariño y amor nos atendieron tanto los bomberos como en el hospital. Ayer mi nieta mayor me dijo “Abuela, te acordás que día es mañana? (por hoy) Claro, como olvidarme y como olvidar a tanta gente maravillosa y de tan buen corazón.
En nombre de mi hermana (f) y mío, vaya el agradecimiento para los bomberos y todo el personal del hospital de Lezama y sigan siempre asi que son maravillosos. Dios los bendiga y felices fiestas
Olga Quinteros – San Miguel, pcia de Buenos Aires
El accidente al cual se hace referencia ocurrió pasadas las 13 horas del 14 de diciembre de 2006 cuando el ómnibus de la empresa “Alvarez Hermanos” esquivó a un automóvil BMW que imprevistamente cruzó el carril de la autovía 2. Al realizar la brusca maniobra para intentar evitar la colisión, el chofer del micro perdió el control del vehículo y volcó sobre la banquina, dejando intacto al automóvil BMW, cuyos ocupantes salieron ilesos del hecho. En el accidente también estuvo involucrada una camioneta Trafic que se hallaba estacionada a la vera de la ruta, cuyos ocupantes no sufrieron lesión alguna. Como consecuencia del referido siniestro al menos 7 personas murieron y 22 resultaron heridas, cinco de ellas muy graves.-