Estamos de duelo, es un dolor inmenso”. Los dueños de Confitería París no pueden digerir aún la decisión que terminaron de madurar: bajar las persianas de la histórica confitería de 7 y 49, uno de los lugares más emblemáticos de La Plata.
La crisis económica del sector, heredada de años anteriores, sumado al cierre del rubro decretado por el Estado en el marco del aislamiento social que generó el COVID-19, alcanzaron para que los propietarios definieran darle un punto final a la agonía.
Es un dolor inmenso, es empresa familiar que lleva tres generaciones, realmente estamos de duelo”, reconocieron con dolor a 0221 desde Confitería París.
La confitería llevaba cinco décadas en La Plata, en las que se conformó como una de las más tradicionales de la ciudad, con sus clásicas medialunas y tardes de masas.
La París venía de una transformación de los últimos tiempos, con una fuerte inversión en el salón y en el sector de ventas. “Apostamos e invertimos un montón de plata y no levantó. Ahora esta situación, nos sorprende la pandemia y las medidas de aislamiento social. La falta de medidas económicas concretas para ayudar a las pymes nos dejan como única opción cerrar nuestras puertas y tener que despedirnos”, agregaron.
La historia de Confitería París comenzó a escribirse en 1969, cuando la familia Pérez Muñoz compró La París y Roberto Pérez se puso al frente de la fábrica del local y reinventó las confituras del comercio. Con los años fue ganando un gran prestigio, sustentado en la calidad de sus muchos productos. La confitería se convirtió en un clásico, disfrutado por varias generaciones de vecinos a las que solo les quedará la nostalgia por uno de los locales más emblemáticos de la ciudad.