En la localidad bonaerense de Dolores, la AFIP encontró a un grupo de empleados en la producción de papa que vivían en trailers precarios sin sanitarios ni gas y tenían a su cargo tanto el costo de las garrafas como el hielo que debían utilizar para refrigerar alimentos.
Los trabajadores desconocían hasta el momento de la cosecha el monto que cobrarían por su salario, sus jornadas laborales duraban 15 horas diarias y tenían impedido salir del campo. Además, los víveres debían adquirirlos a precios abusivos a un familiar del dueño.
En tanto, en Bahía Blanca el organismo constató en un predio un grupo de 10 empleados que eran obligados a dormir hacinados en un micro escolar al que le habían retirado los asientos para poner en su lugar camas precarias. No tenían sanitarios ni ducha y debían higienizarse en una lona con un pallet ubicado en las inmediaciones del colectivo. Habían sido contratado junto a otros 16 trabajadores que también vivían en dos vehículos “acondicionados” para tal fin para la construcción y tareas varias. Declararon cobrar entre $3.500 y $9.000 por día pero al momento de la inspección, aún no habían percibido ninguna suma.