El detenido por el femicidio de Úrsula Bahillo en la ciudad bonaerense de Rojas, Matías Ezequiel Martínez (25), será juzgado desde este jueves en una de las causas por violencia de género en la que había sido denunciado por su expareja en 2017, informaron fuentes judiciales.
El proceso iniciará a las 12:30 horas y se realizará de manera presencial en el Juzgado en lo Correccional 1 de Junín, a cargo del juez Héctor Alberto Barbera. Por la causa, Martínez, efectivo policial de la Bonaerense, está imputado de los delitos de “lesiones y amenazas agravadas”.
La investigación del caso inició a partir de la denuncia de Belén Miranda en 2017, una de las exparejas del policía, que incluso había tenido contactos con Úrsula antes de que fuera asesinada.
Tras el femicidio de Úrsula, la propia Miranda contó la relación violenta que tuvo con Martínez hace cuatro años, lo acusó de ser un “protegido” de sus compañeros policías y relató la vez que él la golpeó y la amenazó con un arma, hechos que se investigan en el juicio.
“Una sola vez me agredió físicamente y fue lo peor que pasé en mi vida”, recordó Miranda y explicó que esa vez Martínez llegó un mediodía a buscar su almuerzo y cuando se dio cuenta de que uno de sus hijos se había orinado en la cama, a los gritos, le cuestionó por qué los chicos no tenían camas, a lo que la joven le contestó que si no le gustaba que se fuera. Tras la respuesta, Martínez la agarró del cuello y la tiró contra una pared y contra la cama.
Por los golpes, Belén quedó en el suelo y, según rememoró, fue cuando Martínez sacó su arma reglamentaria y la amenazó con matarla o con suicidarse, mientras simulaba con la pistola.
“Yo empecé a gritar, mis hijos fueron testigos de todo lo que pasó, y cuando intenté agarrar mi celular me pegó una trompada, me sacó el celular y se inclinó para mirar por el pasillo, ahí lo empujé y cerré la puerta, pero como tenía todo abierto entró por la ventana”, indicó la expareja de Martínez.
Después de los maltratos físicos, Martínez continuó con las amenazas de muerte, por lo que la mujer tomó a sus hijos y escapó hacia la casa de su hermano, que solía dejarle las llaves de su vivienda, ubicada frente a la suya.
“No sé cómo hice para escaparme de ahí pero me metí en la casa de mi hermano, y uno de mis nenes me dijo que nos escondiéramos en el baño, porque si nos veía nos iba a matar”, contó Miranda, conmovida.
Luego del escape, la expareja explicó que “esperé y él se fue como si nada hubiera pasado” pero que “cuando llegué a hacer la denuncia, él me estaba denunciando a mí”.
La víctima denunció que en ese momento, los compañeros policías de Martínez lo metieron en un calabozo para “resguardarlo”, porque la familia de la joven había salido a buscarlo.
Belén además se refirió a la conversación que mantuvo con Úrsula Bahillo, otra víctima de Martínez, tres días antes de su femicidio, al enterarse que la joven lo había denunciado.
“Le llegaron como 100 mensajes de él, preguntándole qué hacía conmigo, diciéndole que la iba a matar, ella tenía todas las pruebas”, confirmó Belén y recordó que antes de despedirse, Úrsula le dijo: “Si me pasa algo, ya sabes quién me mató”.
Cabe recordar que el policía bonaerense que estaba de licencia con carpeta psiquiátrica desde septiembre, permanece detenido en la Alcaidía Penitenciaria de Junín, acusado del delito de “femicidio agravado por alevosía y ensañamiento” de Úrsula Bahillo.
La joven de Rojas fue hallada el lunes 8 de febrero cerca de las 20:30 horas, asesinada a puñaladas entre unos pastizales a unos 13 kilómetros de la citada ciudad ubicada en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, junto a Martínez, herido en su Peugeot 307.
El homicidio fue descubierto por la Policía tras un alerta al 911 de un tío del propio imputado, quien refirió que creía que su sobrino había matado a una joven porque éste le confesó en un llamado que “se había mandado una cagada”.
Al llegar al lugar, los efectivos encontraron a la chica asesinada y al hombre malherido, que intentó escapar a pie por los pastizales, pero fue reducido y quedó apresado.
Úrsula había denunciado en varias oportunidades a su exnovio por amenazas y violencia de género e incluso el policía tenía una medida de restricción perimetral que había violado dos días antes del crimen.