En medio del fin de semana largo y después de que se diera inicio a la temporada de verano, un bar de Mar del Plata se convirtió en el centro de una inesperada polémica. Una caravana de patrulleros llegó a un local de coctelería y decidió clausurarlo porque los vasos “superaban ampliamente los 350 mililitros permitidos por la ley”.
Un equipo del Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas (REBA) concurrió al local marplatense Tiki Bar el pasado lunes por la noche para realizar un control en el establecimiento y tomó la determinación de clausurarlo, luego de advertir que los vasos de cerveza tirada que se comercializaban eran de 500 ml en lugar de los 350 ml habilitados por la normativa.
“Todos los años hay una comitiva que sale a inspeccionar los bares de la Provincia. Hace 10 años que abrimos el bar y hace 10 años que vienen. Ayer nos controlaron el protocolo, distanciamiento, matafuegos, papeles y nos marcaron que hay una regla que dice que el bar no puede vender en vasos de más de 350 mililitros. Secuestraron una pinta y clausuraron”, contó Matías Merlo, dueño de Tiki Bar.
“Es el primer fin de semana donde podíamos recibir gente. Era el primer reencuentro después de un año donde no vino nadie. Ayer hubo ocho policías en el bar y 18 patrulleros por una pinta”, resumió Merlo, indignado. Y continuó: “Entiendo que una clausura es porque hay un peligro, pero no creo que vender vasos de 500 mililitros lo sea. Es la primera clausura que sufrimos en 10 años”.
Funcionarios del REBA explicaron: “Lo clausuraron por un vaso. Es una ley. Pero el cierre también sucedió porque el bar tenía mucha gente adentro. La clausura en sí fue por un vaso y por vender pintas, que es lo que establece la ley, pero también consideramos que había mucha gente en el bar”.
“Estamos poniendo un poco de orden con el distanciamiento. Queremos que trabajen, pero con protocolo. Si bien el lugar tiene un espacio afuera, había muchas personas”, justificaron en el organismo provincial.
El caso generó tal revuelo que el intendente de la ciudad costera, Guillermo Montenegro, decidió comunicar en las redes sociales que el municipio no tenía nada que ver con la medida: “Quiero aclarar que la clausura a Tiki Bar no fue realizada por el Municipio y que considero desmedida la sanción, más aun en un año tan difícil en el que es imprescindible que acompañemos a los trabajadores y los sectores productivos de nuestra ciudad”, escribió en su cuenta de Twitter.
“Sé que en Tiki cumplen con todos los protocolos necesarios para trabajar, y es por esto que vamos a arbitrar las medidas para que los controles, incluso en estos casos que no son del Municipio, sean justos y contemplen este contexto tan particular”, agregó.