Provincia: Un hombre murió tras ser picado por una araña de rincón

Francisco Díaz

Un hombre de 52 años, identificado como Gustavo Occelli, murió a raíz de la picadura de una araña de rincón.

El hecho ocurrió en el distrito bonaerense de Tigre y su hija Melina dio cuenta de lo ocurrido y todos los obstáculos que debieron sortear hasta recibir una adecuada atención médica, aunque cuándo ello ocurrió ya era demasiado tarde.

En una primera instancia, concurrió al Hospital de Diagnóstico Inmediato de la localidad de Benavídez en el partido de Tigre por cuanto presentaba fiebre alta, decaimiento, nauseas escalofríos, y en su mano se observaba una lesión necrótica.

En dicho nosocomio fue medicado con Bactrin por una picadura de insecto aparentemente de araña y Paracetamol para la fiebre, pero debido a que el cuadro clínico desmejoraba con el transcurso de las horas, concurren a la Guardia del Hospital de General Pacheco, también en el partido de Tigre.

En este centro de salud, en una primera instancia se negaron a atenderlo bajo el argumento que ya tenía un tratamiento indicado en otro hospital y en consecuencia debía aguardar cinco días para lograr la total efectividad del mismo. Ante la insistencia de los familiares del occiso, accede a atenderlo un médico traumatólogo quien expresa que debe continuar con los antibióticos prescritos en Benavidez.

Debido al deterioro del estado de salud, uno de los hijos de Occelli lo traslada a un centro privado de salud, dónde la profesional de guardia advierte de inmediato la gravedad del caso y ordena una serie de estudios.

En consecuencia, es conducido al Hospital de Garín, recibiendo una rápida atención médica y proceden a medicarlo mediante vía intravenosa y le realizan estudios de sangre y orina, informando que tenía una hemorragia interna presuntamente proveniente del estómago y que tenía comprometidos sus pulmones por neumonía.

Atento ello, proceden a colocarle oxígeno por cánula nasal y una sonda nasogástrica para detectar si la hemorragia era estomacal. Simultáneamente se obtiene el resultado de los análisis cuyos valores estaban muy alterados, constatándose que poseía anemia, las plaquetas bajas por lo cual su sangre no coagulaba y la bilirrubina alta entre otras anormalidades.

Los médicos le hacen saber a la esposa e hijos de Gustavo que su cuadro era grave y para una mejor atención lo derivaron al Hospital de Escobar. En este último nosocomio le explican a la familia de Occelli que el estado de salud era muy grave, corriendo riesgo su vida.

Asimismo le hacen saber que el origen de todas las complicaciones en su estado de salud podría ser debido a la picadura de una araña, motivo por el cuál solicitarían al Hospital Posadas el antídoto correspondiente, pero al día siguiente de su internación en tal centro asistencial, el cuadro empeoró y debieron inducirlo al coma por cuanto no estaba oxigenando bien y necesitaba soporte vital, hasta que lamentablemente se produjo su deceso.

Tras ello, un médico de Guardia les hace saber que el motivo del desenlace fatal fue provocado por la picadura de una araña venenosa que había causado la necrosis en su mano y la posterior falla multiorgánica que derivó en su muerte.

Desde entonces, los familiares de Gustavo Occelli decidieron hacer público lo sucedido por la gravedad que representa sin perjuicio de dar a conocer la mala atención médica recibida en los primeros hospitales a los que concurrieron en búsqueda de una respuesta.

Explicaron que la picadura corresponde a la araña Violinista o de Rincón (loxoceles) que habita usualmente en los interiores de las casas, detrás de los cuadros y o muebles.

Según en el protocolo del Ministerio de Salud, a Gustavo Occelli tendrían que haberlo derivado a un Hospital Toxicológico para poder aplicarle el antídoto correspondiente y eso no sucedió por una supuesta negligencia de los profesionales que lo atendieron en una primera instancia.

La araña de rincón (Loxosceles laeta) es la más difundida en América del Sur, se encuentra presente en el 40% de los hogares y su mordedura es de alto poder patógeno.

El cuerpo de la Loxosceles laeta o “araña de rincón” mide entre 8 y 12 mm de largo, alcanzando con las patas extendidas hasta 45 mm. Es de color pardo, siendo el cefalotórax más claro que el abdomen, con una mancha oscura en forma de violín, con la base dirigida hacia delante.

Es frecuente verlas en primavera y verano, ya que es la época reproductiva de las arañas y es también la de todos los insectos. Como las arañas son depredadoras y se alimentan de otros insectos, es en esta época del año en donde más aparecen aumentando así, considerablemente su número.

La araña de rincón muerde cuando se siente molestada. Por ejemplo, nos puede morder cuando se entra en una cama en donde estaba ella. Generalmente tiende a esconderse en lugares oscuros, tranquilos y que no tienen mucho movimiento, entre ellos los rincones, los closet o en la ropa que no se mueve durante mucho tiempo en la casa. 

¿Qué hacer ante el ataque de una araña de rincón?

Mantener la extremidad que fue mordida en elevación y aplicar frío local, con un hielo por ejemplo, pero no en forma directa sino que cubierto con un paño, ya que el frío local produce vasoconstricción y el veneno se expande menos. En el mismo momento hay que acudir a un centro de emergencias e idealmente llevar la araña si es que se logra capturarla; para identificar si el arácnido corresponde o no a un Loxosceles laeta.

Compartir este artículo