Lo confirmó Enrique Estévez vía telefónica, desde la Base Naval de Río Gallegos, momentos antes de embarcar al avión, que los trasladaría a Malvinas. “El objetivo es repatriar el barco que está en Malvinas y en manos de los ingleses,” explicó.
Bajo la Dirección de Julio Urien como Capitán del barco, mas cinco tripulantes, entre ellos Enrique, que es vecino de Mar de Ajó y oriundo de Dolores, llevan adelante la riesgosa “misión” de repatriar la nave.
La Sanmartiniana es un barco que pertenece a la Fundación FIPCA sin fines de lucro (Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua), quienes demostraron ser los dueños del yate, con documentos y títulos propiamente certificados. Y fueron aceptados a nivel local como genuinos.
“Sus objetivos fueron unir Misiones con Ushuaia promocionando la Náutica Deportiva, el cuidado del agua, y concientizar sobre la cultura del agua”, definió Estévez.
Y agregó, “en el trayecto hacia Ushuaia, los sorprendió un temporal que les provoco la rotura de partes vitales del barco, se corto el cabo y quedo a la deriva. A partir de ahí un avión Harrier los detecto y colaboro con el rescate.” “No tenemos fecha exacta de partida, hasta no asegurarnos los últimos detalles de su reparación y que cumpla con todas las normas de seguridad, a la espera de una “ventana meteorológica” que nos permitan llegar al continente evitando las tormentas,” confirmó.
“La idea es salir a vela de Puerto Argentino -que está en la Isla Soledad y mirando al Este-, girar sobre las Islas al Norte y luego poner Proa a Puerto Deseado, como rumbo tentativo, marcando una diagonal lo más segura posible que nos lleve al puerto de Mar del Plata”, concluyó.
“Esta es una Travesía Gigante, por las características del raid a realizarse y el estado de la nave.” “Yo he navegado en Brasil, Mar del Plata, Montevideo. Estamos acá porque queremos mucho a este barco y somos amantes de la náutica deportiva. Lo hacemos como voluntarios. Estamos comprometidos con esto y por ello hemos dejado nuestros trabajos y familias. Es un Raid que nos seduce y estamos eufóricos de poder hacerlo“ concluyó Enrique Estévez.