El etiquetado frontal negro o sello de advertencia en los alimentos empaquetados es un pendiente muy importante en Argentina en torno a la alimentación.
Se trata de obligar que los paquetes lleven rótulos claros en el frente y que adviertan o informen sobre el exceso de nutrientes críticos como azúcar, sodio, grasas y calorías.
En países vecinos como Chile y Uruguay este sistema ya se ha implementando hace tiempo. Mientras que en Argentina recién ahora se está debatiendo su implementación.
El rotulado de envases de alimentos vigente por ley, en la cual se muestra información en tablas de composición nutricional no es de fácil comprensión y desde el propio Ministerio de Salud advirtieron que, “no cumple la función de informar a la población sobre los componentes principales de los alimentos para que puedan realizar una selección más saludable de lo que consumen”.
Según el relevamiento de la consultora Quiddity, 9 de cada 10 argentinos creen que importante que exista una ley de etiquetado frontal, para que la información nutricional esté bien a la vista y no sea la inentendible letra chica.
Según experiencia internacional, el consumidor tiene delante de sus ojos en el momento de la compra una clara información nutricional, tiene más herramientas para elegir qué comprar. Y también, es una manera de estimular a los productores de alimentos a trabajar por preparaciones más saludables.
¿Qué es la etiqueta negra?
El modelo más exitoso de la región es el octógono de advertencia o etiqueta negra, adoptado en un principio por Chile y Uruguay. Se trata de un rótulo que identifica a los alimentos envasados con un gráfico de alerta sobre nivel de sodio, azúcares, grasas saturadas, entre otros.
La experiencia indica que las leyendas de los octógonos hicieron que al principio los consumidores abandonaran la compra de productos con más cantidad de etiquetas negras en su envase, pero al poco tiempo las advertencias se volvieron imperceptibles.
“No hay estudios clínicos que demostraran si la medida tuvo un efecto directo en el problema de sobrepeso de la población, o si simplemente, el consumidor migró a otro tipo de alimentos no incluidos en el sistema de rotulado” contó Mónica Katz, presidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN).
Existe un proyecto en el Senado, el cual estaría evaluando que los alimentos que lleven un etiquetado frontal no podrá ocupar menos del 5% de la superficie, con formato octogonal negro y letras blancas. En cada sello de advertencia se va a informar si posee algún nivel crítico de sodio, grasas trans, azúcar o calorías.
También se prohibirá que la publicidad de los alimentos esté referida a propiedades medicinales y la publicidad de productos de nivel crítico dirigida a los niños. En el caso de que algún producto llevara un sello de advertencia, éste no podrá incluir dibujos animados ni elementos que llamen la atención de los chicos.