Un joven de 28 años vendió un teléfono usado por la plataforma y tres meses después, a través de una maniobra que su estafador repetía, lograron sacarle también el dinero en su cuenta.
El comercio virtual es cada vez más grande y las nuevas costumbres de compra se van instaurando en nuestra cotideaneidad, también un universo delictivo acorde. Con el gran aumento que tuvieron las ventas online a partir del avance del coronavirus en Argentina y el establecimiento de la cuarentena obligatoria, las estafas por internet están a la orden del día.
Mercado Libre, la plataforma de compra y venta más importante de Latinoamérica, se transformó así en un blanco para los estafadores que llevan a cabo engaños urdidos a través de un conocimiento preciso de las políticas de la empresa y los procedimientos de las operaciones. Los teléfonos iPhone son objetos de deseo en torno a los cuales se tejen muchas de las estafas, que adoptan todo tipo de formas y modalidades.
Este es el caso de Dan Y.D., un comerciante textil porteño de 28 años, que a principios de este año puso en venta a través de Mercado Libre un iPhone X usado con 64 gigas de memoria y una funda, por el valor de 62 mil pesos. En este caso Dan no sólo se quedó sin su teléfono, sino que además, a través de una maniobra de su estafador obtuvo en un primer momento cero pesos de ganancia. El 18 de marzo pasado, dos días antes de que comenzara la cuarentena obligatoria en todo el país, apareció un comprador del teléfono. Se contactó con él, le dijo que estaba apurado por adquirir el aparato y que quería ir a buscarlo cuanto antes porque tenía que viajar a la ciudad de Mar del Plata. Acordaron a través de WhatsApp que el comprador lo retiraría al día siguiente cerca del mediodía en el local en el barrio de Once donde Dan trabaja y que efectuaría la compra a través de su tarjeta de crédito.
“Vi el cobro aprobado a través de Mercado Pago [el sistema de pagos digitales de la compañía] así que entregué el iPhone”, cuenta Dan. “Lo vino a retirar una persona que no me llamó la atención para nada y me contó que lo necesitaba porque le habían robado el celular anterior. Firmó el comprobante, se lo entregué y salió todo bien”, recuerda.
Unas horas después de la entrega, Dan recibió en su teléfono un correo electrónico de Mercado Libre que encendió las alarmas: el usuario había realizado la compra a través de una cuenta sospechosa y le pedían que por favor no realizara la entrega. En caso de ya haberla hecho, aclaraba el cuerpo del mail, le pedían que adjuntara el comprobante para protegerlo ante una eventual queja o algún cargo indebido.
Dan envió el comprobante y se quedó tranquilo. Al fin y al cabo la venta jamás se canceló y hasta había utilizado el dinero. Tres meses más tarde, el 29 de junio pasado, un nuevo correo le anunciaba que el comprador había desconocido el pago desde la tarjeta de crédito y el dinero le había sido devuelto en su totalidad desde su cuenta de Mercado Pago.
Cuando Dan se quejó, desde la empresa le pidieron que enviara nuevamente el comprobante de la entrega para que pudieran resolver el problema. “Lo mandé y me contestaron que el comprobante no servía porque el comprador dice que ese número no coincide con su DNI y que si lo retiró fue otra persona. Pero ¿qué pruebas tiene? ¿alcanza con decir eso para que me saquen la plata sin consultar?”, se indignó Dan, que para reforzar su postura envió como pruebas el aviso de Mercado Libre sobre la cuenta, las capturas de los chats con el comprador y la calificación positiva que dejó en su perfil después de la compra, que además se suma a todas las otras buenas calificaciones que recolectó en los cinco años que utilizó la plataforma para vender productos.
“Hasta un nene de dos años se da cuenta que es una estafa. Hice tres veces el reclamo y me contestaban siempre con el mismo mensaje, que el DNI del comprobante no coincidía con el del comprador”, explica Dan. “Además habían pasado tres meses desde la compra ¿quién espera tanto tiempo para hacer un reclamo si no fue él quien retiró el teléfono?”. El comprador, por otra parte, dejó de responder mensajes y llamadas y el DNI que entregó, según pudo averiguar Dan más tarde, no corresponde al hombre que hizo la compra sino a una mujer en la provincia de Córdoba.
Cansado de quejarse por esa vía, Dan decidió hacer el reclamo en la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor y radicar una denuncia policial por el delito de estafa en la Comisaría Vecinal 3A, que recayó en la Fiscalía N° 54 a cargo de la fiscal Laura Belloqui. En los últimos días, sin embargo, Dan obtuvo un resultado a su favor. “Cuando el comprador desconoció el pago lo hizo a través de su tarjeta y no de la aplicación”, explicaron voceros de Mercado Libre. “Entonces nos contactamos con el vendedor, le pedimos el comprobante y vimos que había un error, que el DNI efectivamente no coincidía con el nombre de esa persona”.
En ese paso, indican, Dan habría cometido un error que muchas veces es impulsado por el propio estafador. “Cuando se hace una entrega de esta forma, el vendedor tiene la obligación de solicitar siempre el DNI del comprador o la persona que lo esté retirando antes de hacerlo”, explican desde la empresa. “Nosotros entendemos que cuando él entregó el paquete no pidió el DNI y anotó lo que le dijeron, que era erróneo. Lo que no podemos saber es si realmente hubo un error o si fue algo intencional por parte del comprador”.
Sin embargo, a pesar de este punto, la compañía falló efectivamente a favor del vendedor. “Se revisó este caso porque detectamos que el comportamiento del comprador era sospechoso y que había hecho exactamente lo mismo en otras oportunidades. Para el vendedor, en cambio, este era el único problema que tenía en su historial”, señalan desde Mercado Libre. Era una maniobra repetida. “Por este motivo se suspendió al comprador, lo que significa un proceso paralelo en el cual él va a tener que justificar lo que pasó en otras oportunidades. Hay claramente un tema con las tarjetas que se repite dentro de su conducta al comprar”, remarcaron.