El Gobierno prohibió los tratamientos de cambio de género en menores: ¿Qué dice el DNU?

Denisse Helman

En Argentina, el gobierno de Javier Milei modificó la Ley de Identidad de Género a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para prohibir los tratamientos y cirugías de cambio de género en menores de edad. La medida generó debate en el país y reavivó discusiones sobre las políticas sanitarias para personas trans. Mientras algunos países han restringido estos procedimientos en adolescentes, especialistas aseguran que en Argentina no se realizan cirugías a menores y que los tratamientos hormonales comienzan en su mayoría a partir de los 16 años.

¿Qué son los tratamientos de hormonización y las cirugías de cambio de género?

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Los tratamientos hormonales para personas trans buscan modificar los caracteres físicos en concordancia con la identidad de género autopercibida. Este proceso puede incluir:

  • Bloqueadores hormonales, utilizados para frenar el desarrollo de características sexuales secundarias.
  • Terapia hormonal de afirmación de género, que implica la administración de hormonas como estradiol para feminización o testosterona para masculinización.

Según la Fundación Huésped, las vías de administración pueden ser:

Tipo de hormonizaciónVías disponibles en Argentina
Feminización (estradiol y bloqueadores de testosterona)Oral y transdérmica (parches o gel)
Masculinización (testosterona)Inyectable y transdérmica

Por otro lado, las cirugías de afirmación de género incluyen intervenciones genitales, torácicas, faciales y de modificación de voz, entre otras. Sin embargo, especialistas en salud trans aseguran que estos procedimientos no se realizan en menores de edad en Argentina.

¿Qué decía la Ley de Identidad de Género y qué cambió con el DNU?

La Ley 26.743, sancionada en 2012, garantizaba el acceso a tratamientos hormonales y cirugías de afirmación de género para todas las personas trans. Hasta ahora, el artículo 11 establecía que:

“Todas las personas mayores de 18 años podrán acceder a intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales para adecuar su cuerpo a su identidad de género autopercibida sin necesidad de autorización judicial o administrativa”.

En cuanto a los menores de edad, la normativa permitía el acceso a tratamientos a partir de los 16 años con consentimiento informado. En casos de menores de 16 años, se requería autorización de un representante legal y evaluación de profesionales de la salud.

El DNU del Gobierno modificó este artículo, prohibiendo de manera explícita los tratamientos de cambio de género en menores:

“Las personas menores de 18 años no podrán acceder a las intervenciones y tratamientos a los que hace referencia el presente artículo”.

Desde el gobierno argumentaron que la medida busca proteger a los niños y adolescentes de procedimientos irreversibles, mientras que organizaciones de derechos humanos advierten que la restricción vulnera derechos adquiridos.

¿Qué dicen los datos sobre estos tratamientos en adolescentes?

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De acuerdo con el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, en los Consultorios de Diversidad se atienden aproximadamente 4.200 personas. De ellas, sólo 50 adolescentes de entre 16 y 17 años reciben tratamientos de inhibición puberal.

¿Qué dijo el Gobierno sobre los tratamientos en menores?

El presidente Javier Milei justificó la modificación de la ley señalando que en Buenos Aires existen “240 centros de hormonización donde le amputan los genitales a las criaturas”. La afirmación fue rechazada por especialistas y organizaciones de salud, que aclararon que no se realizan cirugías de afirmación de género en menores en Argentina.

Desde la Oficina del Presidente argumentaron que la prohibición busca evitar “procesos irreversibles que pueden ocasionar infertilidad, problemas cardiovasculares y consecuencias catastróficas en la salud mental”.

Organizaciones de derechos humanos, en cambio, alertaron sobre los efectos negativos de la medida. Desde la Federación Argentina LGBT+ señalaron que la suspensión abrupta de estos tratamientos puede tener graves consecuencias en la salud mental y física de los adolescentes trans.

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