El conmovedor gesto de una enfermera que dejó a un hijo despedir a su madre internada por coronavirus

Francisco Díaz

En el país, y en otros lugares del mundo, está abierta una polémica importante por la posibilidad que tienen o no los familiares de despedirse de sus familiares que están internados por coronaviirus.

Florencia Rumi es una de las tantas trabajadoras de la salud que, desde la primera línea, viene peleando por ponerle el cuerpo a las tragedias de la pandemia y ayudar a miles de personas, exponiendo su salud, en la UTI del Hospital Rossi de La Plata

“Hoy me tocó recibir una paciente con Covid+, entró a terapia pidiendo que se comuniquen con su hijo, la calmé y le dije que yo misma lo llamaba, fue lo último que dijo antes de conectarle un respirador”, cuenta Florencia.

“Después de estar casi dos horas trabajando con ella, por fin salgo de la habitación y preparo sus pertenencias porque el hijo, al cual ya habían llamado, estaba afuera esperando por el celular, unas pastillas y una SUBE de su madre”.

“Abro la puerta y era una pibito, una humildad tremenda, con los ojos llenos de lágrimas me dijo que venía a buscar lo que quedaba de la mamá. Le dije que estaba con un respirador y le expliqué por qué y qué se podía esperar… me pidió disculpas por llorar: ‘vengo de cremar a mi viejo’”, le contó el joven.

”Me clavó un puñal tremendo”, contó Florencia. “Desde que lo internamos no supimos más nada y solo nos llamaron para decirnos que había muerto… que teníamos que ir a buscar el cuerpo”, continuó el joven sobre la muerte de su padre.

Indignada, hace una pausa y se pregunta: “¿No aprendimos nada de esta pandemia?”.

“Lo hago público porque me hago cargo, lo dejé pasar a ver a su madre”, explicó. Con los cuidados necesarios le proveyó de todos los elementos de protección y lo acompañó. “Que le dé la mano y le hable, aunque quién sabe si ella escucha, yo quiero creer que sí. Es inhumano no despedirse”.

“Lloré por dentro”, reconoce sensibilizada por los hechos. Y continúa con su descargo en redes: “Yo humanizo y que venga alguien a decirme lo contrario”.

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