Una mujer de 64 años con coronavirus que se encontraba en el hospital Español de Mar del Plata tuvo que ser trasladada de urgencia a Ituzaingó, al no encontrar una cama de alta complejidad en la ciudad costera, y por estas horas pelea por su vida en el municipio del Gran Buenos Aires que está a más de 430 kilómetros de su ciudad de origen.
El caso tiene como protagonista a María Teresa Lammenda, quien ingresó el miércoles a las 10 al centro hospitalario que depende de Pami, donde quedó internada en una habitación individual con oxígeno con máscara.
Sin embargo, con el correr de las horas se agravó el cuadro de salud de la paciente y desde el hospital le informaron el jueves a la familia de la afiliada que debía ser trasladada de urgencia ya que no contaban con una cánula nasal de alto flujo para poder asistirla frente a la enfermedad.
“Esa cálula es el paso previo al uso de un respirador mecánico. Ella tenía una muy baja saturación de oxígeno en sangre: era de 70 y por lo menos tiene que estar arriba de los 98. El traslado se autorizó rápidamente pero el tema fue a dónde trasladarla”, explicó su hijo Leonardo.
Es que el pedido y la autorización del traslado fueron el puntapié inicial de una “odisea” para la familia de Lammenda: trataron de buscar por todos los medios una cama de alta complejidad disponible en la ciudad pero no la encontraron. La solución recién llegó cuatro horas más tarde, cuando se confirmó la posibilidad de la derivación a Ituzaingó.
Y producto de la espera y el largo viaje, el cuadro de salud de la mujer empeoró y los profesionales que la atienden, según asegura el hombre, desconocen los daños que puede haber generado la falta de oxígeno en otras partes del cuerpo. “Ahora la tarea está enfocada en los signos vitales. El médico remarcó que si no hubiera tenido esas horas de traslado la situación sería diferente”, afirma.
Por estas horas, la mujer permanece sedada en el Hospital del Bicentenario de Ituzaingó con asistencia respiratoria mecánica y bajo seguimiento de los especialistas, a la espera de advertir alguna evolución en su estado. “Está en las manos de Dios. La situación es muy grave”, ratifica su hijo.
La nieta de la mujer publicó lo siguiente en Twitter: