En las últimas horas, el Presidente electo Javier Milei reafirmó en una entrevista periodística su intención de achicar el déficit fiscal y, entre otras medidas, eliminar la obra pública en Argentina a partir del 10 de diciembre.
El líder libertario destacó la necesidad de seguir el “modelo chileno” y dejó en manos de los intendentes la responsabilidad de encontrar formas de financiamiento para las obras.
Esta posición ha generado preocupación en el sector de la construcción, que teme un aumento desmesurado del desempleo.
César Trujillo, secretario general de la Uocra Mar del Plata, expresó su desacuerdo con la propuesta, calificándola de “injusta y soberbia”. Señaló que la experiencia de dejar la obra pública en manos del sector privado, como sugirió Milei al compararse con el modelo chileno, no fue exitosa en ese país y llevó a una alta tasa de desempleo y quiebras empresariales.
Trujillo argumentó que transferir la responsabilidad de grandes proyectos de infraestructura al sector privado puede resultar problemático, ya que los empresarios pueden tardar décadas en recuperar sus inversiones, lo que puede tener consecuencias negativas tanto para la economía como para el empleo.
La propuesta de Milei ha generado un debate en el sector de la construcción sobre las posibles implicaciones y desafíos que podrían surgir si se implementa esta medida una vez asumido el nuevo gobierno.