Cristina Fernández de Kirchner tomó el mando de la campaña electoral enfocándose principalmente en la provincia de Buenos Aires, territorio de Axel Kicillof, su socio político más importante y el sector que más votos aporta en el país.
La Vicepresidenta de la Nación decidió hacer pocas apariciones pero en ellas con fuertes críticas a la oposición. Su principal objetivo es revitalizar la imagen de un Gobierno golpeado por la crisis económica y social.
Esta determinación está llevándose a cabo en medio de una tensión entre la líder del Frente de Todos y el presidente Alberto Fernández. Cristina interpreta que el presidente no está tomando la iniciativa y quiere realizar algunos cambios en el Gabinete, ya que ella ve que falta gestión y hay pocos resultados en áreas clave de la Casa Rosada.
Uno de los más señalados es el ministro de Economía, Martín Guzmán, teniendo contra el una crítica por el ajuste fiscal que lleva adelante. Entre otras cosas, se produjo un fuerte deterioro en los salarios y en los haberes jubilatorios, por lo tanto, desde el Instituto Patria, proponen una especie de “festival de gasto público” antes de las elecciones para mejorar la imagen del Gobierno.
El oficialismo por su parte, trata de apurar la campaña de vacunación para tener un punto a favor ante el electorado. Según la última actualización del Monitor Público de Vacunación, ya se aplicaron 22.444.129 dosis.
Si bien desde el oficialismo no tienen un candidato definido, hay algunos nombres en el foco pero son solo especulaciones. Como por ejemplo, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero podría convertirse en uno de los postulantes del Gobierno. Pero cercanos al Presidente aseguran que no estaría dispuesto a desprenderse de uno de sus hombres de mayor confianza.