Magdalena Espósito, la mujer acusada de violar y asesinar, junto a su pareja Abigail Páez, a Lucio Dupuy, su hijo de cinco años, prestó su última declaración ante el Tribunal de Santa Rosa, La Pampa.
Su versión de los hechos
La mujer comenzó diciendo: “Yo sólo quiero aclara que teníamos una vida normal. Lucio era un nene feliz y estaba contento de estar conmigo. Él quería estar conmigo porque ya había pasado un tiempo lejos mío y él me decía que quería estar conmigo”.
Magdalena no explicó las heridas que tenía el niño de quemaduras, golpes, mordidas y abuso, detectadas por los forenses y se limitó a seguir con su relato.
La mujer explicó porque no mostró ningún sentimiento de culpa o dolor durante el juicio: “Sinceramente esto es algo que me hace mal y, por más que en este momento yo no esté llorando y que seguramente a muchos le parezca mal, yo me mentalicé para, en este momento, ser lo más fuerte posible y hablar lo más claro que pueda para que se entienda”.
“No me conocen”
Magdalena declaró: “Yo a Lucio lo lloro en privado. Me parece que es más humano así que venir a llorar acá delante de todas estas personas que no me conocen y que no lo conocían a Lucio y que dijeron un montón de cosas con respecto a mí, y a mi supuesto rechazo a la maternidad. Yo me ocupaba de él”.
La mujer aprovechó para echarle la culpa de lo ocurrido a su exmarido: “La responsabilidad era de los dos. Tanto mía como madre y él cómo padre. Porque no lo hice sola a Lucio. Lo hicimos entre los dos. Él se desentendió siempre. Lo único que hizo fue pasar en algún momento la pensión alimentaria, pero a mí me pareció siempre importante que él estuviera presente”.
La acusación
La fiscalía pidió que Magdalena y su pareja sean condenadas a prisión perpetua por los delitos de homicidio agravado y abuso sexual. La querella, a cargo del doctor Mario Aguerrido, se sumó la postura fiscal pero agregó el agravante de odio de género.
El veredicto será leído el próximo jueves 2 de febrero.