Los principales fabricantes de neumáticos del pais, como Pirelli, Fate y Bridgestone, debieron suspender su actividad por un bloqueo gremial que ya lleva más de 100 días.
El bloqueo en las plantas lo lleva adelante el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), que responde al Partido Obrero de izquierda, el cual amenazó con nuevas medidas de fuerza y una radicalización mayor del conflicto.
Peligra la fabricación de autos nacionales
El conflicto en el sector, además de generar desabastecimiento y una suba en los precios de los neumáticos; también pone en riesgo la producción automotriz. Las empresas más afectadas son las que producen pickups ya que se abastecen, principalmente, de cubiertas nacionales. La falta de stock llevaría también a suspender la producción de camionetas.
La posición del Gobierno
El Gobierno Nacional, a través de su portavoz Gabriela Cerruti, le pidió “sensatez” al gremio SUTNA en el conflicto que mantienen con las Empresas del sector.
Ante la detención de la producción de neumáticos en Argentina debido a la situación, la Funcionaria habló para manifestar la posición del Gobierno.
“Desde el Gobierno sostenemos que el conflicto en neumáticos tiene que resolverse porque es un sector importantísimo para la industria y la economía en general”, argumentó Cerruti.
Los representantes de ambas partes se reunieron ayer en el Ministerio de Trabajo sin llegar a un acuerdo.
“En total ya se hicieron 35 reuniones en Trabajo, donde intervino el Gobierno. Es un conflicto que fue creciendo y fue cambiando el escenario en la mesa de negociación“, indicó la Portavoz.
Tanto el SUTNA como las Empresas pasaron a un cuarto intermedio hasta este miércoles para continuar las negociaciones.
La versión del dueño de Fate
Javier Madanes Quintanilla, dueño de Fate, señaló que detrás de la huelga del gremio del neumático hay intereses políticos.
En ese sentido, Madanes apuntó contra el Partido Obrero: “Esto no es un problema exclusivamente salarial”, sostuvo y agregó “Hay otras razones que tienen que ver con una cuestión de poder, con como se escala dentro del sistema sindical y político de parte de algunos dirigentes. Lamentablemente el precio lo paga el trabajador y el consumidor”, aseguró.