Luego de más de tres décadas de incertidumbre y más de 40 rastrillajes, la búsqueda de Miguel Bru, el estudiante de periodismo desaparecido en 1993 en La Plata, enfrenta otro revés.
Los análisis realizados a dos restos exhumados en mayo de este año en el Cementerio de General Lavalle confirmaron que no pertenecen al joven desaparecido.
Las pericias forenses, lideradas por Lisandro Laborde del Servicio de Análisis Comparativo de ADN de la Asesoría Pericial de La Plata, concluyeron que los cuerpos analizados no correspondían a Miguel. La Asociación Miguel Bru comunicó oficialmente este resultado, alineándose con las sospechas iniciales de Rosa Bru, madre del joven, quien ya había anticipado su escepticismo.
Una madre que nunca pierde la esperanza
Rosa Bru, quien ha liderado incansablemente la búsqueda de su hijo desde que fue visto por última vez el 17 de agosto de 1993 en la Comisaría Novena de La Plata, compartió sus impresiones durante la exhumación. Según recordó, las características de uno de los cadáveres encontrados en el cementerio no coincidían con las de Miguel: “Cuando vi que tenía cinturón y un manojo de llaves, supe que no era él”.
Sin embargo, la madre expresó su frustración por los tiempos prolongados en la resolución de las pericias: “Esperamos más de seis meses para tener los resultados. La justicia debería ser más ágil, sobre todo en casos como este, donde el dolor se prolonga con cada demora”.
Una causa abierta y una recompensa vigente
La causa, que ahora está a cargo del fiscal Gonzalo Petit, continúa sumando esfuerzos para resolver el misterio de la desaparición de Miguel Bru. A pesar de los años y los numerosos rastrillajes realizados, aún no se ha logrado encontrar su paradero.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires mantiene activa una recompensa de 5 millones de pesos para quienes puedan aportar información certera y en total reserva sobre el paradero de Miguel.
Tres décadas de lucha incansable
La desaparición de Miguel Bru marcó un antes y un después en la lucha contra la violencia institucional en Argentina. Su caso, que comenzó con denuncias de tortura en la Comisaría Novena de La Plata, se convirtió en un emblema de la búsqueda de justicia.
Aunque los resultados de esta última búsqueda no trajeron la resolución esperada, Rosa Bru y quienes la acompañan siguen adelante, demostrando que el amor de una madre y la lucha por la verdad no tienen fecha de vencimiento.