Un manto de sal cubrió la costa del lago Epecuén, en la localidad bonaerense de Carhué, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, lo que constituye un atractivo turístico extra de la época invernal
El sulfato de sodio en combinación con las bajas temperaturas generó este fenómeno por el que cristales de sal cubren el suelo y también se adhirieron a las ruinas de Epecuén, a pocos kilómetros de esta localidad del partido de Adolfo Alsina.
Autoridades locales señalaron que se trata de una bella atracción turística, que antiguamente aparecía, pero luego se retiró debido a la crecida del lago que no tenía tanta concentración de cloruro de sodio, pero desde julio del 2012 volvió a aparecer en la costa del famoso lago.
‘En realidad se debe a las bajas temperaturas que hace que cristalice pero además se tiene que dar el viento sur o el oeste, es un viento seco y de esa manera saca el cloruro de sodio a la costa‘, agregó.
El lago Epecuén, es muy parecido al Mar Muerto, es único en Sudamérica, es un humedal salado con aproximadamente 30 minerales con muchas propiedades. Tiene una graduación de hasta 200 gramos por litro de cloruro de sodio pero depende de las lluvias y de otros factores.
Carhué, en el oeste de la provincia de Buenos Aires, a 520 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, posee 900 plazas hoteleras y es vecina al Lago Epecuén, reconocido en todo el mundo por las propiedades de sus aguas hipermarinas.
Este lago presenta en sus aguas una concentración de entre 180 y 200 gramos de sal por cada litro, más de cuatro veces la que se encuentra en el mar, lo que convierte al Lago en un ‘flotario natural‘ y hace que sus aguas sean sólo comparables con las del Mar Muerto, en Oriente Medio.
Fotos: Gladys Peña y Gabriel Garrido..